***David***
Verla retorciéndose de placer fue algo único, me encantó sobre estimularla, tenerla ahí, tan indefensa tan ida, me fascinó. Escucharla gemir mi nombre y halar mi cabello, OH DIOS. Esta chica con un suspiro me empalma, cosa que ni yo me creo. Nada más quiero que se vayan todos para follarla como ella se lo merece. Me dirigí al cuarto donde está la caja de fusibles.
-¿Qué haces David?- preguntó mi afrodita pelirroja, con una hermosa sonrisa
-Ya verás preciosa
Sin más, apagué los fusibles de la casa, dejándonos en una oscuridad increíble. Bajamos las gradas y me disculpé con los invitados.
-Bueno chicos, disculpen, se nos ha ido la luz, nos veremos en la próxima. Manejen con cuidado.
Los chicos se encargaron de sacar a todos y cada uno de los invitados, son las 1:06 de la mañana. En la mañana las empleadas se ocuparán de limpiar todo. Los chicos ya sabían dónde dormir, ya que después de una fiesta siempre se quedan. Amanda subió a mi habitación antes que yo, que me fui a ayudar a Jake a llegar a la habitación donde estaba Delilah, quien había sido ayudada por Amanda unos minutos antes. Cuando entré me sorprendió ver a MI diosa acostada en MI cama. Se quitó la peluca, el disfraz, el maquillaje y se había puesto una camisa MIA, que no le cubre nada, enseñando la mitad del trasero, sí del trasero, porque, OH DIOS, NO TIENE BRAGAS.
- Disculpa mi atrevimiento, es que no tengo ropa y me sentía algo incomoda.- se levantó y caminó hasta mí, a la verdad que esa camisa mia en V le queda fantástica
-No…no te preocupes- dije tragando saliva- no es nada, es más- la traje hasta mí- te queda perfecta
-Oh, ummm- se sonrojó-Gracias- volvió a su habitual sonrisa ladina- Bueno, aún tengo que decirle de qué se le acusa Srto. Strauss
-mmmmm, dígame, oficial que estoy ansioso por recompensarle los daños- dije divertido y excitado
-Bien, el primer cargo es, por estar tan jodidamente sexy- me llevó hasta la cama- el segundo es por darme un placer extremo- dijo sentándose en mi regazo con ambas piernas al lado de mis caderas- y tercero, por hacer que me humedezca con tan solo un rose, un toque o hasta un susurro- me dijo mientras se levantaba.
A este punto yo no podía aguantar más. Cuando me iba a levantar de la cama, me detuvo.
-Tranquilo lindo, relájate, yo me encargo-se quitó la camiseta, estaba totalmente desnuda en frente mío, sin vergüenza ninguna, no tenía por qué. Podía apreciar su rostro sin maquillaje, perfecto, esos ojos azules y esa boca, QUE BOCA TIENE MI CHICA, sus pechos, grandes y hermosos, esa fina cintura, sus caderas. Me encanta verla, ese sexy arete que pende de su ombligo, esos muslos bien formados y tonificados. Su feminidad, ella completa me encanta. Se acercó a mí con una expresión tranquila, me besó, con ternura, con suavidad, tranquila. Me quitó la peluca, luego me recostó en la cama, yo solo me dejaba hacer, me relajé, estábamos besándonos, era diferente, estamos…enamorados. Entre besos y caricias, me quitó los bóxers.
-David- me susurró, encima de mí- me he enamorado de ti,- me lo dijo seria, por algo supe que sentía miedo, acaricié su mejilla
-Amanda, me he enamorado de ti, a niveles que no creo sanos- nos sonreímos y ella me empezó a besar, primero tímidamente, cosa que desconocía de ella, y luego volvimos al mismo sentimiento de antes, ese beso lleno de amor.
Entre roses, toques, declaraciones, gemidos, caricias suaves y muchas otras cosas, hice el amor por primera vez, sí, David Maddox Strauss hizo el amor con la indicada, y ahora no la dejará ir, nunca.
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Y luego...nos encontramos
RomanceAmanda Louis, una acaudalada y aclamada chica nacida en el Caribe pero criada en Mullingar, Irlanda, se ve obligada a mudarse a Westminster, Londres. Esta hermosa, ruda, real e inquisitiva chica, para nada parecida a las otras de su edad y cuya fe e...