***Josh***
Ya va un mes desde que se fue. Un maldito mes ha pasado y no he dejado de pensar en ella, un mes y yo aquí como un pendejo, ni siquiera he querido salir con ninguna otra chica. Me siento tan solo, me duele haberle mentido de la manera en que lo hice, la verdad es que nunca me arrepentiría de haberla amado, de estarla amando, ella es única, ella no es como las demás. ¿Pensará en mí? Su rostro, su expresión aquella tarde que la vi partir, esa expresión se quedará en mi mente el resto de mi vida, esa mirada fría será la que me acompañará hasta la tumba, si, porque tengo la certeza de que ella no vendrá por mí. Me duele, me duele dejarla libre, me duele pensar que está en otros brazos, que son otros los labios que la besan. No puedo más.
Tengo que salir de las cuatro paredes de mi habitación, no puedo estar más tiempo, siento que me ahogo con cada bocanada de aire que tomo. Sin más agarro las llaves de mi camioneta y me dirijo a un bar que queda a unos bloques de mi casa. He venido tantas veces que ya el bartender me conoce, Bito.
Bito- ¿Lo de siempre jefe?- asiento con la cabeza mientras me siento en el taburete. Sin más me pone el whisky enfrente y sigue sirviendo a los demás. Estoy enamorado, estoy demasiado enamorado de ella, no me la puedo sacar de la cabeza, nada más de pensar en ella, en su cuerpo, en su olor, en toda ella, en su actitud, sus ironías y sarcasmos. Me encuentro sonriendo como un idiota mientras la recuerdo.
Bito- Es por la chica, ¿verdad jefe?- sonreí al escuchar el apodo con el que me ha llamado Bito desde que le di varios golpes a un tipo que lo estaba moliendo a palos.
Josh- Si Bito, ¿tan evidente es?- suspiré- Ya hace un mes que se fue. No he vuelto a saber de ella, no me llama, no me busca.- negué con la cabeza mientras bajaba la mirada
Bito- Oiga jefe, pero, ¿Qué cree si le digo que puede hacer algo?- le miré con atención, una manera de saber de ella, necesito verla, saber cómo está.- No me mire así, no es tan loca la idea.
Josh- ¿Qué tramas Bito?
Se rió- Nada señor, solo le iba a decir que si tanto le ama, debería ir a buscarla.
Le miré entrecerrando los ojos, en realidad yo mismo me había visto pensando en esta opción, de hecho, ahora mismo, no suena nada mal.
Bito- Con todo respeto jefe, pero, creo que debería tomar una decisión, seguir aquí extrañando o ir a buscarla y arriesgarse.-lo cierto es que es verdad, tengo que dejar de ser tan estúpido, la iré a buscar eso es lo que haré, ya tomé una decisión.
Dejé un billete de 50€ y le dejé la vuelta a Bito, me dirigí algo emocionado a mi casa. Debo hablar con mis padres, tengo muchas cosas que hacer, pero, la iré a buscar, aunque tenga que arriesgarlo todo y aunque venga con mi corazón en un millón de pedazos.
Salgo del bar como alma que lleva el diablo, entro en mi auto y sigo rumbo a mi desolada casa. Le marco a mi madre desde el auto.
Ring. Ring. Ring. Ring. Ring. Correo de voz.-Mierda, justo cuando más necesito hablar con ella, no contesta el puto móvil. Sin más le dejo un mensaje de voz.
Mamá, necesito salir unos días de aquí. Cuando me contestes el cabrón móvil hablamos con más calma. Te amo.
Cuelgo la llamada. Llego a mi casa, entro a toda prisa sin siquiera darle las llaves a Gilbert, el “aparcador” como le digo yo. Entro a mi habitación mientras que, con el móvil, compro el primer boleto que me lleve a Westminster, Londres. Saco una maleta que tengo bajo la cama, empaco todo lo que creo necesario. Vuelvo a mi auto, lo enciendo, busco la aplicación de Pandora, en la estación de Tony Bennet, artista que me enseñó Amanda, de hecho, uno de sus favoritos. La canción de The way you look tonight porFramk Sinatra inunda mis oídos. Sonrío al escuchar la letra y acordarme de las millones de veces que tuve a mi enana, como le digo cariñosamente, cantándola fuertemente, mientras íbamos a algún sitio, o cuando sonó el día de mi cumpleaños. Esa noche fue espectacular, mis padres me hicieron una fiesta en el mejor salón de actividades de Mullingar y mi pareja para esa noche era, obviamente, mi novia, mi Amanda. Verla descender las escaleras para llegar hasta mí, con aquel vestido negro con transparencias en los costados, la espalda descubierta, su, en ese entonces, largo cabello rojo, con aquellas hermosas ondas aqua cayendo por los costados de su preciosa cara. Parecía una ilusión, una visión, parecía un sueño.
Lovely, never ever change.
Keep that breathless charm.
Won’t you please arrange it?
Cause I love you, just the way you look tonight.
Me vi cantando la canción mientras conducía hasta el aeropuerto, mi vuelo sale a las 2:00 de la madrugada, para viajar una hora y algo más hasta llegar a Westminster. Llegué al aeropuerto, mientras revisaban mi equipaje, el registro y todas esas mierdas me tomé poco más de nadie hora. Por fin, entro al avión, primera clase, no había nada más. Pasan unos veinte minutos y todavía estamos aquí, pero, no pasa mucho cuando nos dan la señal de ponerse el cinturón. Me digo a mí mismo: Josh Daemon Mathews, no hay vuelta atrás, iras por tu chica y le dirás cuanto la amas y que estas obsesionado con ella. Bien, eso haré. De pronto me vino a la mente la canción Beyond the sea de Bobby Caldwell, oh si, no me importa nada, ni con quien este, lucharé por ella y me querrá, haré que me quiera como a nadie.
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Hola mis súper mega sexys lectores:
Les quiero dar las gracias por seguir su lectura de mi libro, y este capítulo va dedicado a mi hermosa seguidora y amiga Lisdelian, te quiero nena.
Sigan leyendo preciosura....
Les adelanto que me voy de viaje por una semana así que hoy subiré lo más que pueda.
XOXO
Les quiero..
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Y luego...nos encontramos
RomanceAmanda Louis, una acaudalada y aclamada chica nacida en el Caribe pero criada en Mullingar, Irlanda, se ve obligada a mudarse a Westminster, Londres. Esta hermosa, ruda, real e inquisitiva chica, para nada parecida a las otras de su edad y cuya fe e...