***David***
-Bien, voy en camino.- colgué el teléfono.
Eso fue lo último que hice antes de encender mi auto y llegar a Bogatai. Iba tranquilo, escuchando All of me de John Legend. Me encanta esa canción, describe lo que siento por Amanda, me encanta todo de ella, me siento tan engachado de ella como el día 1.
Hay veces que me asusta pensar en lo mucho que le quiero, en todo lo que haría por besar eso labios, por despertar con ella entre mis brazos, por escuchar esa risa.
Sonreía mientras conducía, miré la pequeña bolsa negra de regalo con papel púrpura que tenía en su interior el regalo para mi reina. En cuestión de unos 15 minutos ya estaba bajando de mi auto, entré al restaurante y me atendió un chico.
-Buenas tardes, soy Ethan, bienvenido a Bogatai.
-Buenas, estoy buscando a la señorita Amanda Louis
-Claro, vino con 4 damas más.- dijo mordiendo su labio inferior, ¿pero que…?
Fruncí mi seño- Ummm si, con sus primas, MI NOVIA, vino con tres primas y su hermana, ¿puede decirme donde están sentadas?
-Claro, sígame- sonrió, si no estuviera tan seguro de lo mucho que Amanda me quiere, de veras lo golpearía, ¿para qué negarlo? Estoy que me muero de celos.
Me llevó hasta donde estaban las chicas sentadas, todas me miraron y me sonrieron, gesto que devolví.
-Señoritas, ¿cómo están?- dije mientras escondía la pequeña bolsa negra detrás de mi espalda y arrastraba una silla al lado de mi princesa de ojos celestes. Amanda me sonrió y yo le di un piquito, que luego pues, se alargó un poco.
-Bueno bueno, no dejen babeando a los vagabundos, están en un sitio público- dijo Jenna
-Ay si, ellos ahí comiéndose y una aquí toda sola- Jamie hizo un puchero
-Ya, ya terminamos- Amanda me miró y luego miró mis labios mientras yo le sonreía- Mejor no- y volvió a atacar mis labios con furia, con deseo, tuve que parar, aunque ya era tarde pues la parte de mi cuerpo que define mi género estaba despierto y en todo su apogeo.
-Mierda Amanda, lo siento princesa pero tendrás que pagar por esto- le dije agitado y señalando mi abultado paquete.
-Cuando quieras bebé- me dijo con esa cara de mala que me pone como una moto.
-Bueno David, ¿a qué se debe el gusto?- preguntó Delilah
-Pues, lo cierto es que vine a llevarme a Nanda- la miré con una media sonrisa dibujada en mi rostro
Las chicas todas se miraron, como examinando la situación, cosa que me pareció graciosa, claro, viniendo de ellas.
-Bueno, y ¿qué dicen?- les dije mirándoles de manera divertida.
-Bueno, yo creo que está bien, después de todo, se ha pasado casi todo el día con nosotras y a diferencia de ella nosotras estamos solteras, claro- miró a Delilah- hay unas por ahí que no aprecian lo que tienen.
Delilah la miró con la misma expresión maliciosa de su hermana, cosa que en estos días es bastante habitual en ella.
-Bueno dulzura, te equivocas, mi NOVIO, viene por mí en unos minutos, yo sólo estaba esperando por que este papanatas llegara- dijo refiriéndose a mí, si, le había contado sobre mi plan y el pequeño detalle que le tengo a Amanda.
-Bien, entonces, ¿nos vamos guapo?- preguntó mi chica
-Claro, vamos tesoro- dije mientras nos parábamos de nuestros respectivos lugares.
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Y luego...nos encontramos
RomansaAmanda Louis, una acaudalada y aclamada chica nacida en el Caribe pero criada en Mullingar, Irlanda, se ve obligada a mudarse a Westminster, Londres. Esta hermosa, ruda, real e inquisitiva chica, para nada parecida a las otras de su edad y cuya fe e...