Capítulo XXII- Un día libre

104 4 0
                                    

***Amanda***

Son las 6:00 de la mañana, jueves, día de ir al colegio, pero, entramos a las 8:00 de la mañana así que me abrí los ojos. Me encontré con el perfecto rostro de David, lo que provocó que me acordara de lo que hicimos hace unas horas. Hice el amor, por primera vez. Me siento completa, llena. Me quedé admirando su hermoso rostro, sus ojos cerrados lo hacen ver tan calmado, esa nariz perfilada, esos magníficos labios carnosos y hermosos. Le dí un pequeño beso en los labios, gesto por el cual el abrió sus hermosos ojos, provocando que yo me perdiera en su mirada.

-Buenos días, mi reina- dijo mientras me abrasaba y me pegaba a su cuerpo

-Buenos días guapo- le dije divertida y sonriendo como una anormal

Nos fundimos en un hermoso beso, delicado, como el de la noche anterior. Me safé de su agarre y el me miró extrañado y con ¿tristeza?

-¿Ya te vas?- dijo visiblemente afectado, que ternura.

-No bebé, solo voy a ir al baño. ¿O te crees que después de lo de anoche te voy a abandonar así porque sí?- me sonrió dejando esa perfecta dentadura blanca

-Claro que no. Sé que no eres de esas.- me miró con una expresión que no pude descifrar. Era como orgullo y melancolía.

-Bien, vengo ya, me daré una ducha.- en eso vi como salió de la cama, DIOS, está desnudo y…OH POR DIOS, yo también lo estoy. El se fue detrás de mí y pude sentir todo ese espectacular cuerpo fornido, duro, tonificado y gigante, porque debe medir al menos 1’85, esto es el cielo.

-David, no…no podemos

-¿Por qué? Te aseguro que no pasa nada- pronunció mientras llenaba mi cuello de besos. Hoy estoy feliz, y ¿qué mejor que ejercicios en la mañana?

-David, no, ahora no bebé. – se echó para atrás y me respetó

-Está bien, pero paro porque, primero, te respeto y segundo, porque tengo un día entero planeado contigo y los chicos.- le miré con el seño fruncido, extrañada

-David, hoy tenemos que ir al colegio, ¿no?- me sonrió y me dio un beso en la frente

-No nena, hoy tenemos un día libre.- le miré como quien no entiende nada, ¿Un día libre?- Bien, el colegio de vez en vez, en la semana da un día libre, extra. Ese día lo usan para que los maestros se reúnan, hagan planes para las clases y esas mierdas de las que se encargan los maestros.

Asentí positivamente- Me parece bien- le miré con algo de timidez, no me gusta molestar ni incomodar a nadie- David, ¿puedo pedirte algo? Te suplico que perdones mi incompetencia

David me miró sorprendido, mientras yo mordisqueaba con algo de nerviosismo- Palabras de domingo Srta. Louis- dijo haciendo una reverencia, a lo que yo reí.- dígame, ¿qué pensamiento perturba su mente? ¿Cómo puedo yo, servirle?

 Solté una carcajada- David, solo quería preguntarte si puedes prestarme algo de ropa.- dije volviendo a mi estado de nervios. David me abrazó, tan tiernamente, tan rico que nada más deseé quedarme fundida en ese abrazo, que fuera eterno.

-Linda, nada me gustaría más que volver a verte con mi ropa- me dijo mirándome a los ojos. Eso me hizo acordarme de que ayer hicimos el amor e instantáneamente un color carmesí invadió mi rostro. David sonrió y acarició mi mejilla.

-Claro diosa- me dio un casto beso en la boca- ahora mismo voy por algo de ropa para ti- lo vio alejarse con ese perfecto y firme trasero al aire, ufff que trasero tiene este chico.

Sin más me adentré en la ducha, dejando que el agua a temperaturas relativamente bajas cayeran sobre mí, me encanta sentir ese frío olímpico, ocasionado por el agua que sale de la ducha. Estuve relajándome alrededor de 15 minutos, al salir me topé con unos bóxers negros, supongo que de David, una camisa blanca en V y unos shorts de correr. Al acercarme vi también una nota que leía:

Y luego...nos encontramosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora