***Amanda***
Estábamos en su casa, presumo yo, completamente solos. Le dije que me contara lo que había querido decirme, claro, antes de liarme a puños con el imbécil de Jonah. Sentados en aquel sofá inmenso, después de semejante momento tan increíblemente caliente necesito serenarme y qué mejor manera de hacerlo que buscando un tema de conversación casto y tranquilo. Necesito estar tranquila porque ahora mismo nada más pienso en esposarlo en una cama y lamerle entero, hasta que pierda el conocimiento.
-Empecemos por el principio- me dijo, yo estaba acomodándome en el sofá, justo a su lado- Todo empieza con esta chica.
-Ya sabía yo, maldito amor.- bromeé y a él le hizo gracia, soltó una sexy carcajada. Dios, todo lo que hace me parece tan jodidamente erótico, me sonrojé, es el único que consigue que me sonroje, el único
-Sí, concuerdo contigo, el amor apesta- eso me dejo un poco triste, yo lo quiero, pero eso es algo que ni entraba en los planes de decirle.- Pues, volviendo al tema, cuando tenía unos 15 años, conocí a esta chica, Brittany. Era hermosa, claro, ni la mitad que tú, y eso lo digo enserio- me miró con una expresión tan seria que por un momento pensé que era otra persona.- Bien, la cosa es que fue mi primer amor, sentía algo super grande por esa chica, su sonrisa, su cuerpo, su manera de hablar y pensar todo de ella me parecía magnífico y yo, pues yo era un adolescente estúpido y enamorado- yo lo miraba con atención, jamás pensé que alguien pudiera hacerle daño, me enferma la idea de verle triste, aún no sé por qué pero no quisiera verle llorar en ningún momento, solo quiero disfrutar de su sonrisa- Un día, me llevó a la parte trasera de el gimnasio y me dijo que tuviera relaciones con ella, a lo cual accedí, yo era virgen, ella fue mi primera vez. Hicimos lo que hicimos y ella… ella me dejó- vi caer una lágrima por su rostro y por primera vez no supe qué hacer. Hice lo primero que se me ocurrió, le besé la lágrima que caía por su barbilla y limpié su mejilla- Luego de eso, se fue. No la volví a ver en unos meses, mis amigos se pasaron conmigo consolándome, hasta que un día la volví a ver, me dejó demasiado sorprendido lo que vi, estaba muy delgada, toda agolpeada y se veía muy mayor. Corrí hasta ella y me empujó, me dijo que era un monstruo y que no me quería volver a ver en su vida.- miró a la nada, estaba triste, yo lo sentía en los huesos y eso me enoja, me enfurece, me hace odiar a esa chica que me la hecho sufrir- Yo empecé a salir con chicas, por puro despecho y entonces las ilusionaba y luego las desechaba, jugaba con sus sentimientos. Empecé a hacerles a todas lo que Brittany me había hecho a mí y así acabé como un Casanova.
-Vaya- solo eso salió de mi boca, tenía que hacer algo para que mi chico, ¡Ya quisieras Amanda, ya quisieras! Bueno, el punto es que tengo que hacer algo para que David se sintiera mejor.- Bien- me incorporé de un salto- Ya son las 5:19 tenemos que vestirnos, así que muévete.- que excusa barata, estamos como a dos horas de la jodida fiesta
Me sentí bien cuando lo vi sonreír, le tendí mi mano y él la aceptó, me guió a una enorme y hermosa habitación.
-Esta es la mía, te sentirás mucho más cómoda- cosa imposible porque en esta casa es imposible sentirse incómoda, al menos de que te aterren los espacios sumamente abiertos.
-David, de verdad, no tienes que…- el tomó posesión de mi nuca y me dio un beso, suave y tierno, un beso cálido, lleno de sentimientos. Me miró con esos ojos que me hacen suspirar y yo le confronté la mirada.
-Nada, te cambiarás aquí, yo iré a la habitación del lado.- esta vez fui yo quien le dio un casto beso en los labios.
Sin más, después del beso, nos separamos y el tomó del armario una bolsa plástica que leía ¿Bowser? Me reí a carcajadas.
-Hey, ¿de qué te ríes?- yo solo reía a carcajadas, si supieras David, si supieras
-Nada- dije entre risas- nada, solo es tu disfraz- volví a reír
-Oye- protesto haciendo un puchero- ¿qué tiene de malo?
-Nada, ahora sal de aquí que me voy a cambiar- lo eché de su propia habitación y le lancé un beso y el siguió hasta adentrarse en la habitación que quedaba justo al lado de la de él.
Me encerré en la habitación de David, no se sabe las locuras que pueda hacer con tal de acostarse conmigo. Me puse a cotillear en su habitación, miré su armario, de hecho me adentré en él ya que es demasiado espacioso, topándome con muchas camisas de muchos colores y marcas distintas, algunas repetidas en varios colores, jeans de todo tipo, dos paredes llenas de zapatos, corbatas, trajes sumamente elegantes y caros. Abrí una de sus gavetas, pantalones de chándal de diversos colores, gaveta #2, camisetas de hacer ejercicio, gavetas # 3 y 4, calcetines, pantalones de jugar baloncesto, gaveta #5, camisillas y la última gaveta, la #6, me dejó sin aliento, bóxers, bóxers y más bóxers, este chico solo usa un tipo de ropa interior. Bóxers, de esos que se ciñen demasiado a su masculinidad, Levi’s, Calvin Klein, Boss, Puma, Tommy Hilfiger y hasta unos Babaco, todas de corte inglés, demasiado sexys, me subió un calentón y tuve que salir de allí en cuanto antes.
Después de haber pasado por esa prueba de fuego, que consistía en no ir a buscar a David y, como dice Bruno Mars, MAKE LOVE LIKE GORILLAS, me dediqué a maquillarme, vestirme y prepararme para la fiesta. Vi el resultado final y me encantó, de modo que, decidí salir de la habitación. Cuando salí me quedé de piedra, OH POR DIOS, de ahora en adelante dejaré que Bowser me rapte. Ahí estaba David, con unos bóxers en corte inglés color piel, casi invisibles en su piel bronceada, una peluca de cabello rojo, justo como el personaje y en la misma peluca, el principio de la boca de Bowser y un caparazón justo como la de el Rey Koopa de los juegos de Mario Bros, pero eso no es todo, todo su perfecto torso está al descubierto, el chico está más duro que el Sr. Scroodge antes de toparse con los fantasmas que le cambiaron la vida.
No sé si fue la emoción, la falta de palabras o hasta la excitación, pero no me salió nada más de la boca solo un suspiro y un- ¡¡¡ERES UN PUTO ADONIS!!!.
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Y luego...nos encontramos
RomanceAmanda Louis, una acaudalada y aclamada chica nacida en el Caribe pero criada en Mullingar, Irlanda, se ve obligada a mudarse a Westminster, Londres. Esta hermosa, ruda, real e inquisitiva chica, para nada parecida a las otras de su edad y cuya fe e...