Contrato con un demonio.® Parte I,✔

[Capítulo 2]✔

Me desperté sobresaltada y desorientada. Cuando logré reaccionar que me encontraba en mi casa, en mi cama y que el ruido que sonaba era mi alarma, salí de la cama, tomé una ducha rápida y envuelta en la toalla, apreté el botón de la cafetera para que se comenzara a hacer el café en lo que yo me vestía.
Me puse una camisa celeste, con una pollera tubo junto a unos tacones negros.

Luego de cepillarme el pelo, fui a la cocina, apagué la cafetera y me serví una taza del liquido negro acompañados de unas tostadas untadas con quesocrema y me senté a disfrutar de mi sagrado desayuno. Creo que sin el aún parecería un zombie.

Cuando se hicieron las siete am. Apuré lo que quedaba de mi café, tomé mi móvil, la cartera, las llaves y salí rumbo a mi trabajo.
Puse en marcha el auto y comencé a manejar a lo largo de las calles de la ciudad.

Al llegar, estacioné el auto donde siempre y luego de asegurarlo, me adentré en el edificio.

Pasé por la oficina de recursos humanos donde Cintia me tenia preparado el expediente de Amanda Hofrik.

-Aquí tienes Mai. -Dijo extendiéndome una carpeta.

-Gracias Cin, apenas los termine de revisar te los alcanzo.

-Si, no te preocupes. Ha, y no te olvides que hoy a la noche quedamos que iríamos al bar a festejar tu cumpleaños numero veintiseis.

-Como olvidarlo si entre tú y Analia me lo recuerdan cada año. -Contesté riendo.

-A las nueve estoy por tu casa.

-De acuerdo. -Respondí alejándome y me dirigí a mi puesto de trabajo.

Al llegar a la oficina, fui hasta la oficina de mi jefe con la carpeta en mano.

Al tocar la puerta nadie respondió, volví a tocar, pero siguió sin responder nadie, por lo visto aún no había llegado. Volví a mi escritorio y comencé a atender mi trabajo. Aquél día sería la sesión de fotos para la temporada primavera-verano con las nuevas tendencias que vendrían en decoración de interior y llegarian las fotos en crudo para que él, junto a los de edición las escogieran.

Estaba terminando de repasar la agenda de aquel día cuando unos pasos resonaron en el pasillo.

Al levantar la vista, vi que mi jefe acababa de cursar por la puerta.

Automáticamente me levanté de mi asiento.

-Señorita Green, a mi oficina.

Sin perder un minuto, tome mi agenda, una lapicera, el expediente y me encaminé detrás de él.

-Tome asiento. -Dijo señalándome el sillón frente a él.

-Si... Gracias. -Dije sentándome - Aquí tiene el expediente que me mandó a pedir- Se lo extendí.

-Gracias. -Contestó sin levantar la vista.

-Y hoy es la reunión con los de edición.

-Hum. -Dijo restregándose los ojos- Cierto, la sesión. Lo olvidé por completo. Llama a Jelena, la modelo rusa y cancela el almuerzo, mandale un ramo o cualquier cosa que a ustedes las mujeres les gusta en forma de disculpa.

-De inmediato, ¿Algo más? -Pregunto poniéndome de pie.

-No, de momento eso es todo. Cuando te retires cierra la puerta. Ha si, de hecho si. Traerme algún analgésico, se me parte la cabeza del dolor.

-Enseguida se lo traigo.

Luego de cerrar la puerta, fui hasta mi escritorio y busqué uno de mis analgésicos para el dolor de cabeza junto con un vaso de agua.

Al minuto, golpeé la puerta y luego de que me diera permiso de entrar, le dejé lo que me pidió sobre su escritorio.

Una vez devuelta en mi escritorio, busqué el teléfono de la modelo rusa y le marqué. Después del tercer tono contestaron.

-¿Alo?

-Señorita Vólkov, le hablo de parte del señor Alvarado. Lamento avisarle tan pronto, pero debo comunicarle que el almuerzo que tenían para hoy programado se ha suspendido.

-¿Qué? ¿Quién se piensa que es él para dejarme plantada? -Por lo visto estaba furiosa, dudaba que un ramo de rosas o unos simples chocolates solucionaran el problema- Exijo que me comuniques con él de inmediato.

-Lo siento señorita Vólkov, pero me temo que eso será imposible. Qué tenga un buen día.

Luego de cortar sin terminar de escuchar lo que decía la mujer, llamé a la floreria que siempre llamo en estos casos ya que guardan la confidencialidad del cliente y le mandé a la modelo una docena de tulipanes fucsias a modo de disculpas en nombre de mi jefe.