[capítulo 28]

21.5K 1.6K 50
                                    

Cuando me fui acercando pude ver como la mujer le coqueteaba a Estefan.
Pero cuanto más cerca a estaba podía ver como él la rechazaba.

-Amor. -Digo parandome detrás de él.

-Cariño. -Dice él dándose vuelta.

-¿Qué hacen? -pregunto al ver la tipa esa, casi parecía acesinarme con la mirada.

-Nada, como la señorita Willams es diseñadora, quería saber si podría darle mi opinión sobre los desfiles de hoy.

-Pues dile a la señorita, que busque su opinión en otra parte, por que tú no eres critico. -Respondo desafiando a la tipa -No puedo dejarte solo dos minutos por que todas se abalanzan sobre ti. -Digo una vez que la mujer se fue.

-Y... Bueno... -Contestó alardeando- ellas saben.

-¿Alguen ya te ha dicho que eres narcisista? -Respondo fingiendo enojo.

-Mmm -pensó por un momento- no, tu eres la primera.

Cuando la fiesta terminó, volvimos al hotel.

El auto ya nos estaba esperando en la vereda, Estefan me abrió la puerta, una vez que entré, subió él. Como el viaje duraría un rato, apoyé mi cabeza sobre su hombro, mientras que él me rodeó los hombros con su brazo. Cerré los ojos para relajarme solo un momento.

Entre sueño escuché a alguien llamándome.

-Amor. -Era Estefan llamándome- Despierta, ya casi llegamos.

-Bueno. -Respondí desperezándome.

Una vez que llegamos al hotel subimos a la habitación.

Como siempre nos turnamos para cambiarnos en el baño. Cuando termine de desvestirme, me puse un pantalón con dibujos de emojis y una remera blanca de titiras. Cuando salí colgué el vestido y guarde los zapatos.

Al llegar a la cama, Me encontré con la mirada divertida de mi prometido.

-¿Emojis? -preguntó conteniendo la risa.

-Si, ¿Qué tiene?

-Nada, me gusta como se te ven en ti. -Responde haciendo señas para que me acueste a su lado.

-Gracias. -Respondo una vez que accedo a hacerlo.

-¿Qué tienes ganas de ver? -Me preguntó.

-Esta vez elige tú. -Digo mientras me quito las horquillas.

Luego de pasar diez minutos eligiendo que ver, por suerte nos decidimos por una de terror.

A mitad de película ya me encontraba aferrada a su brazo mirando de a ratos ya que estaba impresionada con las cosas que se movían solas.

-No me digas que te da miedo.

-No tengo miedo. -Contesté haciéndome la valiente, cuando de pronto, en la película todas las puertas de la cocina se abrieron de golpe haciendo que pegara un gritito.

-¿No qué no tienes miedo? -Comenzó a reírse.

Sin poder contenerme, me senté a horcajadas sobre sus piernas y comencé a buscarle un punto donde tuviese cosquillas, afortunadamente di en el blanco, pues era débil en la zona de las costillas.

-Ya... Maite... No... Me .... Vuelvo... A burlar. -Suplicó entre risas.

-Eso, es para que aprendas a no burlarte. -Respondo aún sentada sobre sus piernas riendo- Podré ser tu secretaria y ahora tu prometida, pero... No... -Fui interrumpida por unos labios firmes.

Comencé a devolverle el beso casi de inmediato, mientras mis manos reposaban en sus hombros, sus manos recorrían mi espalda y mis muslos.
A medida que el beso fue cambiando de matiz, nuestras respiraciones se tornaron agitadas, de pronto faltaba el oxígeno en aquella habitación.

Se podía sentir en el aire la tensión que había entre los dos. Mi cerebro estaba definitivamente dividido en dos. La parte racional me gritaba que paprara, que no me permitiera ser una más en su larga lista de conquistas y la parte irracional quería estar con él, quería entregarme por completo a él sin importar lo que pasara. Por suerte no tuve que decidir ya que Estefan se detuvo.

-Maite... Yo... -Empezó a decir, pero se frenó.

-¿Tú? -Lo inste a seguir.

-Si sigo ya no podré parar. -Dijo intentando recuperar el aliento.

-Shhh, no pienses en eso ahora. -¿Qué estas haciendo Maite? ¡Debes parar ahora mismo! Me recriminó mi parte racional- Me deseas al igual que yo a ti, ahora, acá, sin ninguna complicación. -Bien Maite me recriminó mi parte racional, así empeoras las cosas.

-Pero tú vales más que una simple noche de placer. -Volvió a frenarme- Y yo no puedo ofrecerte más que eso.

-Lo sé, pero no me importa, solo sé que quiero estar contigo, ahora, hoy. -Respondí arrojando por la ventana de la habitación a mi parte racional. Lo deseaba a él, tal y como era.

Sin decir una palabra más, me tomó de la cintura, acercándome más a él y volvió a besarme. Algo estalló en mi, por esta noche disfrutaría de seducir a mi demomio, mañana habría tiempo para el remordimiento.

Contrato con un demonio.® Parte I,✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora