Una vez que quedé sola, abrí mi bolso y saqué la ropa que usaría durante estos días, lo primero que hice fue ponerme un jean, una camiseta y un pulover, si bien era primavera aquel día en particular estaba algo fresco. Por último me puse mis convers y comencé a guardar mi ropa. Al abrir una puerta vi que efectivamente me había hecho un espacio. Cuando termine de colgar mis blasers y sacos, me quedé contemplando un minuto la escena, se me hacía raro que estuvieran al lado de las camisas de mi jefe ¿En que momento mi vida paso a quedar de cabeza?
Luego de acomodar el último calcetín en el cajón, metí el bolso al fondo del closet y fui hasta el baño a dejar mi cepillo en el depósito al lado del de mi jefe. El hecho de saber que en un año el cepillo de otra mujer ocuparía el lugar del mio, hizo que me resbalara una lágrima por la mejilla. ¿Por qué estaba llorando? De seguro debía de estarme por venir el período, si el debía de ser.
Salí del cuarto, y comencé a recorrer el lugar. En la planta de arriba eran habitaciones y un baño amplio similar al del cuarto de Estefan. Al bajar a la planta baja, abrí una de las puertas al lado de las escaleras y me encontré con una biblioteca.
Al entrar, me topé con estanterías repletas de libros desde el piso hasta el techo, y al fondo de esta, una chimenea y un sillón de respaldo alto frente a esta. Me acerqué a una de las estanterías y al ver los títulos encontré la la obra de teatro de "La importancia de llamarse Ernesto" de Oscar Wilde. Fue una de mis obras favoritas durante la secundaría. Lo tomé y salí del cuarto rumbo al jardín a aprovechar que el día estaba lindo a pesar del frescor.Al salir al patio, comencé a caminar hasta que llegué a una fuente que en ese momento estaba encendida, por a través de las gotas se podía ver el arcoiris reflejado por el sol. Tomé asiento en un banco parecido a los de plaza y me puse a leer.
A medida que iba leyendo más me metía en la historia. Me sentía igual personaje principal engañando a Gwendolen. Salvo que yo le estaba mintiendo a todo el mundo, incluida mi familia.
Llevaba leyendo la mitad del libro, cuando algo me tapó la luz del sol, al levantar la vista, me encontré con unos ojos azules como la noche.
-¿Qué haces aquí?
-Oh, espero que no te moleste, salí a recorrer un poco tu casa y me encontré con tu biblioteca, entre la enorme cantidad de libros que tienes, tomé prestado este y me pareció agradable la idea de venir a leer aquí.
-Está bien, puedes tomar los libros que quieras, no me molesta. -Dijo tomando asiento a mi lado- ¿Cuál estas leyendo?
-La importancia de llamarse Ernesto. -Dije tendiéndoselo- Era mi libro favorito.
-¿Por qué "era"? -preguntó mirándome a los ojos, mientras acomodaba un mechón de mi cabello detrás de mi oreja que se había desordenado con la brisa.
-Por que después de que mis padres fallecieron perdí interés por lo que me gustaba.
-Pues por lo visto no perdiste todo, te sigue gustando esta obra.
-Eso se debe a que de cierta forma, cuando estoy al aire libre no me siento tan sola.
-Pues no estas sola -Dijo tendiéndome el libro de vuelta- Tienes una familia que te apoya y me tienes a mí.
Y sin esperar respuesta, se levantó y se alejó de mi entrando a la casa.
¿Qué había sido aquello? ¿Qué había querido decir? Abrí el libro de nuevo, intenté concentrarme en la lectura, pero no logré concentrarme, aún resonaban en mi cabeza sus palabras.
Cuando comenzó a refrescar, entré a la casa pues no quería pescar un resfriado. Al llegar a la casa, todo estaba en silencio, no se lo escuchaba a Estefan por ningún lado, lo busqué en su escritorio después de abrir decenas de puertas, pero no lo encontré, subí a la habitación y estaba igual de vacía. Quizás estaba en la cocina.
-Disculpa Alicia, ¿Lo has visto a Estefan?
-Él salió hace una hora, aún no ha vuelto.
-¿Te dijo a donde iba, a que hora volvería?
-No, él nunca avisa a donde va o a que hora vuelve.
Al escucharla, algo me decía que había salido en busca de alguna amante. Intentando borrar el malestar tomé asiento frente a la barra.
-¿Gusta café con budín de vainilla?
-Si, gracias Alicia.
ESTÁS LEYENDO
Contrato con un demonio.® Parte I,✔
RomanceTrabajo para la empresa Alvarado LTD, como secretaria de nada más y nada menos que del dueño de la empresa y multimillonario Estefan Alvarado, quien posee la reputación de Demonio en cuanto a mujeres se refiere, ¿Cambiará mi forma de verlo cuando a...