[Capítulo 34]

21K 1.6K 29
                                    

Después de que Marcelo se fue, nosotros subimos a acostarnos.
Después de cambiarnos nos recostamos en la cama.

-¿Tienes ganas de ver alguna película? -preguntó mientras me pasaba un brazo por el hombro y me acercaba a él.

-¿Cuál veremos?

-Podemos ver alguna de comedia.

-Perfecto.

Después de elegirla, nos acomodamos para verla.

Mientras estábamos viéndola, inconscientemente Estefan comenzó a acariciarme la espalda. Sin decir una palabra, se giró hacía mí y comenzó a besarme. Su mano libre se encontraba apoyada en mi cintura. Podía sentir el calor a través de mi remera.Los besos que nos dábamos se volvieron cada vez más salvajes. Su mano ahora me recorría el costado del cuerpo hasta llegar a mi seno derecho por debajo de la remera provocándome éxtasis en todo el cuerpo. Con su lengua me recorrió el labio inferior pidiendo permiso para ingresar a jugar con la mía, cuando lo hizo nuestras respiraciones se tornaron agitadas.
Estefan me tomó de la cintura posicionándome a horcajadas sobre él, sin separar nuestras bocas. Una vez allí, me quitó la remera y mientas me volvía a besar con sus manos tomó mis senos torturando mis pezones mientras los masajeaba.
Yo por mi parte, mientras recibía sus caricias, comencé a recorrer su cuerpo con mis manos, sintiendo como se le contraía cada músculo. Nos terminamos de quitar la ropa a toda prisa, cuando nos volvimos a encontrar, Estefan comenzó a desparramar besos por todo mi cuerpo, empezó por dejar un reguero de besos a lo largo de todo mi cuello, después bajó al valle entre mis senos y mientras con una mano torturaba uno, con su lengua y sus labios torturaba mi otro seno, siguió bajando pasando por mi estómago hasta llegar a más a bajo, ya para esto me sentía en llamas, sintiendo cada fibra de mi cuerpo en tensión debido a las sensaciones. A la vez que me excitaba con su boca, me penetró con sus dedos en mi cavidad húmeda haciendo que soltara un gemido de placer. Podía sentir como flotaba en una nube, entre mis pensamientos nublados se formo una idea clara de que quería devolverle todo ese placer que me hacía sentir.
Sin ningún rastro de pudor, me gire haciendo que él quedara tendido de la forma en que yo hacía tan solo un segundo antes había estado, devoré su boca, sintiendo mi sabor en sus labios, bajé directo a su abdomen y sin pensarlo descendí. Cuando ambos no pudimos esperar más Estefan tomó un condón y luego de colocárselo, me sentó una vez más sobre él haciendo que su enorme erección se introdujera en mí. Por instinto comencé a moverme haciendo que miles de sensaciones explotaran en mí.
Llegamos juntos al orgasmo, haciendo que nos faltara el aire.

-¿Estas bien cariño? -preguntó después de un rato cuando ya nos habíamos acurrucado- ¿Fui muy brusco?

-Fue perfecto Estefan. -Respondo sonrojándome un poco.

Estefan volvió a depositar un beso en mis labios y volvió a acurrucarse. Estaba casi llegando a los brazos de Morfeo cuando a lo lejos escucho la voz de Estefan.

-Tú también me gustas Maite.

Y sin más con el recuerdo del sueño me dormí.

Mi alarma comenzó a sonar sacándome de mi hermoso descanso. Me levanté y me fui derecho a bañar. Al mirarme en el espejo del baño comencé a recorrer mis labios recordando los besos que me había dado hacia unas horas atrás y sin querer una sonrisa se dibujó en mi rostro. Mientras el agua recorría mi cuerpo, recordé lo que había soñado "Tu también me gustas Maite." ¿Y si no había sido un sueño? ¿Y si realmente le gusto? De hecho es evidente que le gusto, pues hemos tenido relaciones en dos oportunidades, pero quizás no le gusto en la forma que él me gusta a mí. Si bien desde que volvimos de París no habíamos vuelto a tener relaciones hasta la noche anterior, por lo menos no se había frecuentado con alguna amante. Una pequeña esperanza se encendió en mi interior.

El plan que había ideado para seducirlo, "ahora que estaba dando su fruto" debía modificarlo tan solo un poco para que fuera en la dirección correcta.Estaba tan metida en mis pensamientos que no escuche que Estefan había entrando al baño hasta que estuvo frente a mí.

-Espero no te moleste cariño.

-N... No... No. -De pronto sentí que el pulso se me aceleraba.

Se acercó tanto a mí que podía sentir si aliento en mi cara. Sin poder contenerme le dí un rápido beso, el cual fue nuestra perdición ya que hicimos el amor en la ducha. Cuando ambos llegamos al orgasmo, terminamos de bañarnos y comenzamos a vestirnos.

Cuando estuvimos listos, nos pusimos en marcha al trabajo.

-Es la primera vez que llego tarde al trabajo. -Digo mirando la hora.

-Vele el lado positivo. Nadie te va a regañar ya que eres la prometida del dueño. -Responde divertido.

-Ja ja, muy gracioso. Hay personas que somos responsables.

-Es verdad.

Una vez que llegamos, trabó el auto e ingresamos al edificio bajo las atentas miradas de los trabajadores y tomamos el ascensor.

Contrato con un demonio.® Parte I,✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora