[Capítulo 24]

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Maratón 5/5

Me encontraba ya vestida, lista para bajar a desayunar y Estefan recién se estaba poniendo sus zaparillas.

Estaba por decirle algo cuando golpearon a la puerta de nuevo.

Ay, otra vez no. Que no sea otra mujer por que yo misma lo despellejo viva.

Esta vez voy yo a abrir y me encuentro con personal de limpieza.

-Vamos cariño, -Suelto irónica- vinieron a hacer el aseo.

Cuando entramos, la mayoría de las mesas estaban ocupadas. Tomamos una de las mesas libres que estaba junto a una ventana que daba al jardín. Dejamos nuestras cosas y nos dirigimos a tomar todo aquello que pudiésemos comer.

Al llegar a la parte de los macarrones, logro ver sentada a la mujer de esta mañana al lado de un hombre que por como se miraban debían de ser esposos. Ojala el pobre hombre supiera que su mujer le pone los cuernos.

Tomé dos y volví a la mesa donde me esperaba mi amado café.

-¿Qué quieres hacer hoy? -preguntó Estefan dejando su taza de café en la mesa.

-Pues aún no me decido, quisiera poder recorrer un poco París. -Respondo- Ya que después será imposible con la pila de eventos que tendremos.

-¿Qué te parece si vamos después de nuestro desayuno cariño? -preguntó Estefan una vez más esbozando una sonrisa nerviosa-Tómalo como una tregua.

-Mmmm, -Lo medité un momento- De acuerdo.

Realmente odiaba discutir, y hoy él estaría disponible solo para mí.

Después de tomar un sustancioso desayuno, subimos a la habitación a tomar nuestros abrigos. Cuando estuvimos listos nos encaminamos a la calle.

Al salir a la calle, nos recibió una mañana fría, inconscientemente Estefan me tomó de la mano, era extraño las sensaciones que causaba en mi un simple rose como este. Por un momento ambos miramos nuestras manos entrelazadas y luego nos miramos a los ojos y Estefan esbozó una sonrisa la cual yo correspondí.

Al encontrarnos en la zona céntrica, comenzamos a ver vidrieras.

Entramos en varios locales y compramos diversas cosas. Caminando llegamos a un local de vestidos de fiesta entré para ver si conseguía una cartera pequeña de mano para combinar con el vestido que había llevado.

Estaba pagando con la tarjeta que Estefan me había dado, cuando este me llama.

-Cariño. -Llama desde el fondo del local - Ven, quiero que veas algo.

Cuando me acerqué, vi que tenía un vestido en sus manos.

-Quiero que te pruebes este.

-¿Para qué? -pregunté.

-No preguntes, solo hazlo ¿Si? Por favor. -Suplicó.

Luego de que insistiera una vez más, entré al probador.

Cuando me lo terminé de poner, comencé a mirar cada detalle, realmente me quedaba bien.

-Sal para que te pueda ver. -Pidió Estefan.

Sin pensarla mucho salí del cubículo, al verlo pude ver como su expresión iba cambiando por una de deslumbrado.

-Maite. -Comenzó a decir- Te... Te ves realmente hermosa.

-Gracias Estefan. -Respondí de pronto tímida.

Era color negro, largo y caía suelto en la zona de la falda. Tenía mangas largas de tul bordado transparente, en la parte de adelante era cerrado y de atrás dejaba la espalda descubierta en forma de corazón. El largo del vestido llegaba hasta el suelo casi que lo arrastraba, y el forro del vestido llegaba un poco antes de la rodilla. Era elegante pero sexy a la vez. Al observar el precio era demasiado elevado para mi gusto así que volví al probador y casi llorando me lo quité y se lo pasé a Estefan para que lo devolviera a su lugar, volví a ponerme mi ropa y salí de allí con la idea de comprar solo lo que necesitaba aunque eso no incluyese el vestido.

Cuando salimos de allí, ya prácticamente era hora de almorzar, entramos a un restaurante y luego de sentarnos un mozo nos trajo las cartas.

Estaba viendo que comer cuando mi celular comenzó a sonar.

Al ver el identificador no reconocí el numero.

-¿Hola? -Atendí con miedo, ¿Y si a mi papá le había pasado algo?

-Hola hija. -Saludó mi mamá- ¿Cómo estás? ¿Cómo está Estefan?

-Hola ma, bien, estamos bien. -De pronto me acorde de mi padre- ¿Papá cómo está? ¿Está bien?

-Si hija, tu padre esta bien, aúnque está de vacaciones hace vida normal.

-Bueno, me quedo tranquila entonces. ¿Ana? ¿Cómo está ella?

-Analia está bien, está en el trabajo ahora. Ayer se quedó en tu casa y de ahí vino a trabajar, así que no la he visto.

-Bueno ma, me tengo que ir, más tarde te llamo.

Justo cuando corté el mozo vino a tomar nuestro pedido. Después de pedir la sugerencia del chef, nos dedicamos a cosas que nos importaran a ambos. Sacando mi agenda comencé a repasarla.

-Mañana es la noche inauguración de la semana de la moda junto con el desfile de Versace y Dolce & Gabana.

-Y mañana va a ser el día que anunciemos nuestra relación.

-Cierto, lo había olvidado. -Digo sintiendo como la tensión se adueñaba de mi otra vez. Sin duda necesitaría otra sesión de masajes más.

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Hola de nuevo, aquí les dejo el final del maratón, espero que lo disfruten, no te olvides de dejar tu 🌟 y tu comentario.

                               Nos vemos Eli

Contrato con un demonio.® Parte I,✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora