Aquella noche, vinieron los padres de mi prometido a cenar.
-¿Cómo les fue en París? ¿Cómo estuvo el evento? -Preguntó Marcela.
-La verdad que bien. Estuvo espectacular. -Respondió Estefan- Este año pusieron una gran puesta en escena.
-¿Cómo los trató la prensa desde que anunciaron su compromiso?
-La verdad que nos han estado acosando bastante. -Respondo soltando el aire que tenía retenido en los pulmones- Lo peor ha sido que inventaran cosas sobre mi familia.
-Los paparazzi son así, no debes prestarles atención, ellos son capaces de inventar cualquier cosa con tal de vender. -Respondió el padre de Estefan.
-Hablando del compromiso, ¿Ya pensaron cuando será la boda? -preguntó Marcela.
-Pues, había pensado que podría ser dentro de tres meses.
-Es poco tiempo pero está bien. -Concedió el padre.
-Si quieres Maite, puedo llamar a la señora Andrew para que organice la boda.
-Gracias, eres muy amable Marcela. -Respondo con una sonrisa nerviosa.
Definitivamente esta montaña rusa estaba recién comenzando.
Las semanas siguientes nos la pasamos de trabajo a la casa de Estefan y de la casa al trabajo.
En varias oportunidades que intenté volver a casa fue imposible ya que aún Estefan insistía en que era arriesgado. No quería hacerme ilusiones, quizás y lo decía por que se preocupaba y no por que sintiera algo por mí.
-Maite. Comunicame con los mexicanos.
-De acuerdo. -Digo levantando la vista-Estefan.
-Dime. -Dice mientras se acerca a mi escritorio.
-Ahora en el horario del almuerzo me juntare con tu madre y su amiga para comenzar con los preparativos.
-Bueno, lleva a Víctor. -Con lo que pasó en París Estefan había tenido que contratar guarda espaldas.
-Mmmm, ¿es necesario? -pregunto, me resultaba molesto que alguien me siguiera a sol y sombra en todo momento.
-Si, no quiero correr riesgos Maite.
-De acuerdo. -Me sentía algo cansada.
Estaba en la oficina de Estefan, cuando la puerta de su oficina se abrió. Por ella entraron Marcela seguida de Selena.
-Oh, aquí estás Maite, ya le iba a preguntar a Estefan donde te habías metido.
-¿Estas lista? -preguntó Selena acercándose.
-Si, vamos. -Respondo tomando los documentos que Estefan había firmado.
-Permiso querido primo, pero tendrás que almorzar solo.
-Solo no me la acosen, ya suficiente tengo con los reporteros. Y cariño, ten cuidado.
-Lo tendré amor, quédate tranquilo. -Dije acercándome a él y depositando un beso en los labios.
Desde que estuvimos juntos en París, nos habíamos acercado bastante, se nos hizo costumbre besarnos como si realmente fuésemos una pareja aunque estuviésemos en privado aunque lo único que nos unía era el bendito contrato.
-Después me cuentas que hablaron.
-De acuerdo. -Digo dándole un último beso antes de ser arrastrada por Selena.
Almorzamos las tres juntas en un restaurante elegante. Luego de pagar la cuenta, nos pusimos en marcha para juntarnos con la señora Andrew.
Légamos a una estancia a veinte minutos de la ciudad. Apenas ingresamos vimos que la mujer ya nos estaba esperando.
-Hola Marce, ¿Cómo estás? -Saludó la mujer.
-Hola Stella, bien ¿Y tu?
-Bien querida, ¿Quién de ustedes es la que se casa? -preguntó mirándonos a Selena y a mi.
-Yo. -Digo dando un paso al frente.
-Oh, Marce, es más preciosa de lo que me contaste por teléfono. Bien, -Dijo esta vez dirigiéndose a mi- dime, ¿Qué tienes pensado, boda de día o de noche?
-Me gustaría que sea de día.
-Perfecto. -Dice anotando en una libreta.
-¿Cuantos invitados?
-Doscientos. -Respindió Marcela. Ok, eso eran demasiados. De mi parte no eran ya que apenas llegaban a diez.
La mujer volvió a anotar.
-Bien, como pueden ver, esta estancia es ideal para una boda de esas magnitudes. Como va a ser en verano, podemos usar livings desparramados por todo el jardín y el centro usarlo para pista de baile.
El resto de la reunión la pasamos decidiendo el banquete, la decoración, el estilo de la torta entre otros planes.
Cuando llegué a la casa de Estefan, este se encontraba en su estudio trabajando.
-Maite, llegaste. -Dijo levantándose de su sillón y acercándose para darme un beso.
-Si, fue un día largo.
-Hace un rato me llamó Marcelo que vendrá a cenar.
-De acuerdo. Me iré a dar un baño y a cambiar de ropa.
Una vez que ingresé al cuarto fui hasta el closet y preparé lo que me pondría para la noche.
Dejé que el agua relajara la tensión del día.
Terminé de bañarme y salí al cuarto envuelta en un toallon. Tomé mi ropa interior y comencé a vestirme, al terminar, comencé a sepillarme el cabello. Me maquillé solo un poco.
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Contrato con un demonio.® Parte I,✔
RomansTrabajo para la empresa Alvarado LTD, como secretaria de nada más y nada menos que del dueño de la empresa y multimillonario Estefan Alvarado, quien posee la reputación de Demonio en cuanto a mujeres se refiere, ¿Cambiará mi forma de verlo cuando a...