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10 horas, 2 minutos.

Taehyung tampoco podía dormir.
La pelea entre sus padres a causa de él había cesado hacía rato, y ahora la casa estaba en silencio, pero su mente era un hervidero. Creía que un descanso, atemperar los nervios, le vendría bien, y descubría que no, que la soledad era peor. El silencio se convertía en un caos.

Jin y Namjoon estaban juntos, pero él no tenía a nadie.

Nunca había tenido a nadie.

El loco de Taehyung.

Loco o no, ahora no podía eludir su responsabilidad. Jungkook tenía razón. La culpa era suya, no toda, pero sí gran parte. Fue él quien llevó las malditas pastillas a YoonGi, Jin y Nam. Él y, por supuesto, Hoseok.

Aún más condenadamente loco.

—Vamos, ¡si compramos un puñado nos las rebaja!

—¿Colocan bien?

—Te estoy hablando de éxtasis, no de ninguna mierda de esas de colores para críos con acné.

—Ya lo sé, pero no sé si él ...

—¿Yoongi? ¿Qué son, bebés? Deja de pensar en el amor y piensa en lo prendido que estarás con esto.

Entonces había aparecido él.

El camello.

Tal y como se lo describió al inspector.

—Dos mil cada una, precio de amigo.

—De amigo sería mil.

—Sí quieres te las regalo.

—Anda ya.

Se conocían. Hoseok y el camello se conocían.

Entonces fueron con Yoongi, Jin y Nam. Hye también estaba allí, seis pastillas. Hoseok ya estaba con algo encima porque no paraba de reírse, porque no paraba de moverse, de reír, de gritar, con los ojos iluminados.

Taehyung comenzaba a sentir su alrededor girar, se lamió los labios viendo al pequeño cuerpo apoyado en la mesa. Yoongi, Yoongi, Yoongi, Jungkook. Desvió su mirada.

"Ah~ de nuevo estoy pensando en él" miraba con ansias y ganas al blanquecino, pero todas esas ganas se fueron al verlo sin sudor.

Y en un momento determinado, todos formando una cadena, el camello, Hoseok, él, y finalmente, Yoongi.

Una cadena que se rompía por el eslabón más pequeño y más débil.

Aparte de Jimin, uno de sus mejores amigos, y que ya no era más que una sombra de sí mismo por culpa de la maldita bulimia.

¿Por qué se destruían así mismos?

Suspiró con fuerza, para sentirse vivo, pero sólo consiguió recordar que Yoongi ya no podía hacerlo. El dolor se le hizo presente e insoportable. Y no tenía ni idea de cómo arrancárselo.

Si YoonGi moría...
Si permanecía en coma durante meses, o años...
Taehyung se levantó de un salto.

Él moriría.

ALERTA ROJADonde viven las historias. Descúbrelo ahora