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18 horas, 41 minutos

La diferencia entre esta y la nave en la que había encontrado a Jackson eran manifiesta, y no solo por el espacio, a pesar de que la discoteca también era bastante grande y tenía dos niveles. Allí los chicos y las chicas transpiraban todavía leche materna, o al menos así se lo parecía. No hacía más de cuatro años que él era también así, pero se le antojaba una gran lejanía en el tiempo. A veces incluso se preguntaba cómo había podido comportarse así, tan absurdamente loco.

¿O era que se sentía mayor?

¿Absurdamente mayor?

Contempló la fauna de bollycaos, ellas abriéndose a la vida en plan peleón, dispuestas a comerse el mundo, luciendo la esbeltez de sus cuerpos, la longitud de sus piernas emergiendo de sus breves faldas o pantaloncitos muy ceñidos, la belleza de sus cabelleras típicas, lo último en moda, la audacia para combinar colores y sensaciones, y sin los protectores de los dientes que guardaban en los bolsos o las chaquetas para volver a ponérselos al llegar a casa, fumando, convertidas en depredadoras cuando iban en grupo ya que la fuerza las hacía estallar, o entregadas al amor en el caso de que compartieran tempranamente su espacio vital con un chico; y ellos ocultando sus inseguridades o luciendo su buena planta y, por tanto, sus argumentos de dominio, mirándolas y dejándose mirar, ofreciendo lo sano de sus vidas aún sin malear, con el vaso de algún brebaje en la mano, igual que si en lugar de sostenerlo fuese él quien los sostuviera a ellos. Y en suma, todas y todos, bailando sin parar, porque para eso se suponía que estaban allí.

Bailando para divertirse y romper con todo.

—¡Qué movida! ¿No?

Jungkook miró a Taehyung. Sabía que ambos tenían atracción a Yoongi, parecía haberse olvidado también que ellos eran igual cuatro años atrás, incluso menos, tres... o tal vez dos.

—Primerizos —comentó Nam.

—¿Por dónde empezamos?

Jungkook estaba al mando. Nadie se lo discutía.

—Vamos arriba, a ver si lo vemos —empleó la misma táctica que en la nave—. Si está vendiendo, lo que no va a hacer es estar en la pista, y fuera no lo hemos visto.

Jungkook abrió el camino hacia arriba.

ALERTA ROJADonde viven las historias. Descúbrelo ahora