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16 horas, 49 minutos

Taehyung llamó al portero automático y no tuvo tiempo de preguntarse si había cometido una estupidez yendo hasta allí. La voz de Jin sonó por el interfono.

—¿Sí?

—Soy yo, abre.

—¡Menudo susto no has dado! —exclamó la voz antes de oírse el zumbido de la puerta al ser abierta desde arriba.

«¿Nos?» Bien. Eso quería decir que Namjoon estaba allí también. Mejor. Los tres juntos podrían pensar en hacer algo. Por lo menos podrían compartir la inquietud, y apoyarse mutuamente.

Subió al piso y al salir del ascensor se encontró con la puerta abierta. Entró. Nam apareció en el pasillo, en calzoncillos.

—Oye, no estarían... —lamentó de pronto.

—Sí, hombre —suspiró él—. Para eso estamos.

—¿Y Jin?

—Vistiéndose.

—¿Creyeron que eran sus padres?

—Ellos tienen llave, pero como no esperaba a nadie y menos a esta hora... ¿Sabes algo?

—No, nada. He estado en casa. ¿Y ustedes?

—Tampoco sabemos nada.

Jin salió de su habitación acabando de abrocharse los pantalones. Llevaba una camisa suelta por encima.

—¿Sabes algo? —repitió la pregunta de su novio sin darse cuenta.

—No, ya le he dicho a Nam que he estado en casa, y no he querido llamar al hospital para no tener que explicarles nada a mis padres. Solo hubiera faltado eso.

—Ya.

—¿Durmieron?

—Este, un poco, aunque no sé cómo ha podido —dijo Jin señalando a Nam con el dedo.

—Yo es que estoy como... —no encontró la palabra adecuada para referirse a su estado.

—Como nosotros —terminó Namjoon.

—¿Qué hacemos?

Estaban en la sala. Taehyung esperó por una respuesta, pero esta no llegó. Jin volvió a dejarse caer sobre la butaca. Y Nam se cruzó de brazos.

—Oye, vístete —le reprochó Jin—. A ver si aún vas a tener que salir por la ventana.

—Vale, vale.

Pero no se movió, y los tres se miraron de nuevo el uno al otro, hasta que Taehyung repitió la misma pregunta.

—¿Qué hacemos?

ALERTA ROJADonde viven las historias. Descúbrelo ahora