16 horas, 17 minutosTuvo que llamar al timbre media docena de veces, y aporrear la puerta con los puños, hasta conseguir despertarlos. Cuando ya creía no poder hacerlo, escuchó un ruido al otro lado de la madera. Y una voz.
—¡Ya voy! ¡Ya voy!
Le abrió Hye. No se había preocupado mucho de taparse. Llevaba una bata corta mal anudada por encima de su desnudez. Después de todo, lo raro era incluso que se hubiera puesto la bata, porque Hye era de las que pasaba de convencionalismos.
En eso le ganaba a Hoseok. La modernidad por montera. El estímulo de la contracorriente. La rebeldía de los que no tienen ninguna rebeldía, salvo vivir.
Vivir para pasarlo bien.
—¿Jungkook? —lo reconoció a duras penas por entre las brumas de su sopor—. ¿Qué haces aquí?
—Tengo que hablar con ustedes.
—¿Estás loco? ¿Qué hora es?
Eran aves nocturnas, así que el día les producía sarpullidos, y más aún los fines de semana. Tal vez se volvieran de piedra y se deshicieran, convirtiéndose en un montón de cenizas, como Drácula.
Jungkook entró decidido, sin esperar invitación. Hye cerró la puerta, indecisa, y le siguió como si flotara, sin entender qué pasaba. El pequeño apartamento era un museo barroco mal arreglado, con velitas, símbolos de todas clases, desde el yin y el yang y pósters hindúes hasta objetos de diseño, luces por el suelo o un mueble del más puro estilo art decó. No faltaba la ropa tirada por el suelo. Al fin y al cabo Hye tenía dieciocho años y Hoseok no había llegado aún a los veinte.
—¡Hoseok! —llamó Jeon.
—No grites —Hye se llevó las manos a los oídos.
—¿Te has tomado un Valium o es pura y simple resaca?
—¡Eh, qué pasa contigo! —protestó ella.
Entró en la única puerta que estaba medio cerrada, y se encontró con el colchón, en el suelo, y con Hoseok tendido sobre él, boca abajo. Se sintió irritado por la escena sin saber por qué.
—Vamos, Hoseok, despierta.
La respuesta fue un bufido.
Así que le apartó la sábana y, tras arrodillarse a su lado, lo zarandeó.
—¿Qué haces? —protestó Hye despejándose más rápidamente al comprender que pasaba algo.
Hoseok acabó abriendo los ojos. Lo miró a él y frunció el ceño. Luego la miró a ella. Hye también se había arrodillado junto a Jungkook, para impedirle seguir. El silencio fue muy breve.
—¡YoonGi está en coma! —les soltó a bocajarro—. Ahora quiero que me digas si tienes alguna pastilla como la que él tomó esa noche.
Tardaron en reaccionar. Las palabras tenían que atravesar una espesa masa de algodón hasta llegar a su cerebro.
—¿Qué? —balbuceó Hoseok.
—¡Yoongi está en coma! —gritó aún más fuerte Jungkook—. ¡Se tomó una mierda y le sentó mal! ¡La misma mierda que ustedes tomaron! ¿Lo entienden ahora?
Lo entendían, pero a cámara lenta.
—Pero si...
—Nos fuimos y él...
—¿Tienen una pastilla de esas?
—No —dijo Hye.
—¿Para qué vamos a tener una...? No hay ningún problema en comprarla después, donde vayamos.
Ningún problema.
—¿Dónde puedo encontrar a Jackson?
—¿Para qué...?
—Porque él fue el que las consiguió. Me lo dijo Taehyung, ¿dónde puede estar a esta hora un sábado por la tarde?
—Jackson... —siguió espeso Hoseok.
—¡Vamos, vamos! —le zarandeó Jeon.
—¡Déjalo en paz! ¿Quieres? —le defendió Hye—. Iba a una privada ¡Nos dijo que si queríamos ir, pero pasamos, porque yo no me encontraba bien y prefería salir esta noche!
—¿Dónde está esa privada?
—¡En una nave abandonada, cerca de las viejas fábricas, al lado de la estación! ¡Y no grites más!
—¿Cómo la reconozco? ¡Ahí hay varias fábricas, las están echando abajo!
—¡Tiene el techo plano, y un rótulo en rojo en la puerta, Hilos de No-sé-qué o algo parecido! —Hoseok se llevó una mano a la cabeza, como si ésta fuese a estallarle.
—Al lado hay una con una chimenea muy alta, ¡no tiene pérdida! —tomó el relevo Hye.
Era suficiente. Se puso en pie, jadeando, y se dirigió a la puerta para no perder ni un minuto más. Iba a traspasarla cuando escuchó de nuevo la voz de Hye a su espalda.
Ya no gritaba.
—Jungkook —le detuvo.
Él la miró.
—¿Es... grave? —preguntó la muchacha.
—Ya se los dije: está en coma. Tuvo un golpe de calor.
Hye cerró los ojos.
Y Kook se marchó sin esperar más.
sé que capaz habían leído antes en los primeros capítulos que Hoseok se encontraba con ellos en el hospital pero he decidido cambiarlo y hacer que no se encontrara allí y no supiera nada hasta ahora.
ESTÁS LEYENDO
ALERTA ROJA
FanfictionTras una larga noche de diversión, Min YoonGi cae en el clínico, quedando en un coma gracias a la famosa droga, éxtasis. JungKook hace lo posible para encontrar al camello para poder salvar la vida de quien está completamente enamorado. Adaptación...