ALERTA ROJA

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18 horas, 23 minutos

Jungkook repitió una y otra vez el número de teléfono que acababan de darle en información, e introdujo una moneda de cien pesetas por la ranura superior del aparato antes de marcarlo. Mientras lo hacía, no apartó los ojos del cruce donde había quedado con Jin, Nam y Taehyung. Aún era pronto para que apareciesen, pero se mantenía alerta por si acaso.

—Hospital clínico, ¿dígame?

—La familia de Min Yoongi, por favor. No sé si sigue en la UCI o está ya en una habitación...

—Espere, no se retire.

Esperó, unos largos segundos. El corazón se le aceleró en el pecho a medida que se aproximaba el momento de la verdad. Tuvo que pasar por otro filtro más. De pronto escuchó la voz de la pequeña hermana de su novio.

—¿Si?

—Soy Kook —cerró los ojos y mantuvo todo su ser en vilo. No tuvo que preguntar nada. 

—Sigue igual.

—¡Ah!

—¿Dónde estás?

—No te lo creerías —suspiró.

—¿Por qué?

—Ando detrás del tipo que les vendió esas mierdas.

—¿Qué?

—Es igual, déjalo. Supongo que no es más que una forma de hacer algo, aunque...

—Eres increíble.

—Dile que lo amo.

—Vale.

—Pero díselo, ¿eh? Yo creo que...

—Lo haré, tranquilo. Ahora está Jimin con él.

Llenó los pulmones. El teléfono se puso de pronto a dar señas de que el dinero se estaba acabando y ya no tenía más que decir.

—Esto se corta, adiós.

—Adiós, Jungkook.

Se quedó con el auricular en la mano y la señal de la línea cortada zumbando entre los dos.