Una nueva Oportunidad

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Damon no pudo conciliar el sueño en toda la noche, durante ella se movía de un lado a otro pensando en ese par de ojos de maple que le atraían demasiado desde aquel día que la conoció. Ganas no le faltaban de ir a su habitación y tomarla por la fuerza, hacerla suya y fundirse cuerpo a cuerpo con ese divino angel que electrizaba todos y cada uno de sus sentidos. Constantemente mordía su labio inferior sintiendo la necesidad de ir a cazar alguna presa suculenta de medidas proporcionadas; de preferencia trigueñas o en su defecto castañas, pues ese se había vuelto su nuevo color de moda.

Se levantaba a mitad de la noche caminando de un lado a otro sirviéndose una copa generosa de licor para calmar como siempre la ansiedad de no tomar medidas desesperadas como el asesinato. Su cuerpo semidesnudo con tan solo un bóxer untado a su pelvis mostrando sus grandes atributos vampiricos se sentía acalorado, chispeante, pues pensaba que con el sueño podría saciar el hambre de sexo que tenía al recrear la imagen de Hermione en la bañera. Que equivocado estaba.

Habia pensado un par de veces en ir a la recamara pero recordaba que ella tenía la capacidad para crear un campo de fuerza lo suficientemente poderoso para repeler su paso. Se transformó una vez en cuervo para entrar por la ventana pero para colmo de sus males y pésima suerte ésta se encontraba cerrada. Asi que desistiendo de la idea volvía a la cama para intentar dormir un poco.

Afortunadamente la tortura de las horas nocturnas habían pasado, el reloj daba las seis y media de la mañana, decidiendo quitarse un poco toda aquella tensión saliendo de su hogar para correr lo más rápido que podía en el bosque aledaño a la casa de huéspedes. Mientras lo hacía apartaba con toda furia la vegetación que le estorbaba para acudir a las cascadas y darse un chapuzón mojando así las ganas fervientes de tener ese cuerpo claro debajo del suyo, beber su sangre hasta jactarse y sonreír al final del acto bebiendo una copa de vino caro celebrando su triunfo.

Tan solo logró tranquilizarse lo suficiente para no cometer una barbaridad y regresó a la casa para poder desayunar un buen blíster de "O" positivo aunque esto significara rebajarse el mal gusto de su hermano por la sangre. Abrió la puerta con lentitud dando un largo respiro no evitando mirar hacia la habitación de la castaña preguntándose si había despertado. Caminó hasta el sotano para tomar la bolsa de liquido escarlata y dirigirse a la sala de estar en espera de darle los "buenos Dias" a su nueva inquilina, pero pasaban los minutos sin que nadie todavía abriera la puerta de su habitación.

-Ejercitándote un poco Damon?, No sabia que esa fuera tu nueva afición- La voz de una chica se escuchaba en la sala pero el vampiro pelinegro sintió que los órganos se le desgarraban al solo percibirla.  Inmeditamente después se levantaba de su asiento a velocidad sorprendente para tomar del cuello a una joven de cabello rizado color chocolate, piel morena ligeramente tostada y ojos almendrados oscuros.

-Que haces aquí Katherine- El susurraba letalmente sosteniendo las mejillas de la chica con bastante fuerza mostrando su bestialidad mientras que ella solo sonreía con suficiencia para después tomarlo de la cintura y voltearlo con gran rapidez vampirica.

-¿Qué no puedo visitar a mis dos viejos amores?, Vamos Damon deja tu actitud infantil que no te sienta bien- Ella lo tenía boca abajo dejando caer su rizado y achocolatado cabello sosteniendo una sonrisa acariciándole los labios con lentitud. - Estaba bastante aburrida en Europa, pero creo que no fui la única verdad, por ahí me dijeron que ya sientes debilidad por las mujeres del viejo continente, - La joven rodaba los ojos. -Eso es tan bajo de clase incluso para ti, no quiero llegar a pensar que perdiste tu estilo- Soltaba una carcajada frívola pero el volvía a someterla colocándose encima suyo para tomarla del cuello.

-Lo que haga con mi vida no es de tu incumbencia zorrita, y te digo de una vez que si vienes a buscar a Stefan no se encuentra..—Se acercaba poco a poco a sus labios sonriendo con suficiencia. -Está con la "señorita con tu misma cara" precisamente en Eurpoa, creo que la llevara a donde nunca pudo llevarte- Ahora él reía con sonora carcajada pero Petrova no se intimidaba.

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