La Nueva Alianza

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Era el atardecer en la ciudad de Londres, los coches regresaban a sus hogares para concluir un dia más de trabajo que seguramente habían tenido arduo y tedioso. Muchos de los habitantes acostumbraban pisar los Pub o los cafés que quedaban en el trayecto a sus casas para poder disfrutar de una bebida como el café o una copa de licor para poder relajarse. 

Aquel lugar llamado "Moonlight" era tan común y corriente como todos los cafés que se acostumbraban en Londres; un sitio rústico con las mesas fijadas al piso y sillones modulares conectados unos a espalda de otros tapizados en color chocolate. La barra estaba ataviada con paneras y galleteras rebosantes de ellas y las maquinas humeban del ritmo de clientes que tenían por día. Lo llamativo de ese sitio eran los cuadros hechos por artistas que trabajaban con colores de aerosol dándoles el efecto de brillo y luminosidad ambientados en el espacio y la luna.

Caroline llegaba de la mano de Klaus quien observaba ese sitio mirando los cuadros que adornaban las paredes mientras que ella buscaba a la persona con la que debían entrevistarse. Pensaba que era una locura debido a que en la reciente carta no le había mencionado nada acerca de su descripción concluyendo que quizá podría tratarse de una trampa.

-Como encontrarémos a ese tal "L.L."- Preguntaba la vampira rubia.

-Por su aroma, tu déjamelo a mi.- El hibrido respondia mientras se sentaban lado a lado en una de las mesas esperando al informante que llegaría en unos momentos.

Caroline hacía sonar las uñas de sus dedos sobre la cubierta acomodándose un poco el cabello en señal de desesperación; Klaus por otro lado estaba a la expectativa de cualquier persona que pisara el café par asociarlo con el aroma de la carta. Una mesera joven trigueña llegaba debidamente uniformada con un gafete de nombre "Melinda"; les dejaba la carta para que pudiesen ordenar aunque ellos preferían beber directamente de una de sus venas para saciarse.

-Quiero una copa de Weaskey, el más fuerte que tenga.

-Yo uno igual. -Indicaba el vampiro original reprimiendo las ganas de irse a la yugular de la empleada y dejarla seca. La jovencita se retiraba contoneando un poco sus caderas con el afán de que el rubio rizado le mirara el voluptuoso trasero pero aquel chico solo estaba esperando a que alguien nuevo llegase a la escena.

Al pasar algunos minutos Klaus se ponía en alerta apretando un poco la mano de Caroline para indicarle que la persona que estaba entrando en el establecimiento era la que estaban buscando. - Es ella.- Indicaba ensanchando sus fosas nasales para una mejor percepción

-¿Ella es… L.L?- 

Una jovencita delgada entraba al café vestida con una falda extraña; tenía retazos de telas diferentes llamativas con estampados de todas las atracciones turísticas del mundo que llegaba a la altura de sus botas altas de tacon mediano. Vestia blusa negra y una gabardina larga del mismo material con un bonete bombacho de lado.

 El cabello rubio de aquella chica le llegaba un poco mas debajo de la cintura y era un poco rizado parecido al de Caroline, su rostro era angelical, como si se tratara de una niña atrapada en el cuerpo de una mujer adulta. Se acercaba a ellos sin siquiera preguntarles su nombre; se sentaba con una sonrisa inocente mirando a ambos quienes no le despegaban los ojos sorprendidos.

-Gracias por venir, espero disculpen mi tardanza, el quisquilloso necesitaba un nuevo editor y tuve que entrevistarlo.- La chica sacaba una pequeña taza de porcelana colocándola sobre un mantel de terciopelo blanco mientras que los otros dos estaban expectantes hasta que por fin la rubia se decidía a hablar.

-Tu eres…

-Si lo soy, Luna Lovegood, es un placer conocerlos- Ella sin prestar atención seguía alisando el mantelito por debajo de la taza.

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