Se quedo mirando hacia a la nada en esa noche de luna menguante, solo respiraba un poco mientras que a pausas iba bebiendo un poco más de su copa de licor; se sintió cansado, harto de tanto llorar que los ojos aguamarina ahora estaban enrojecidos por la cantidad de lágrimas derramadas. La intensidad de la noche hacía brillar un poco el cabello oscuro del vampiro y sus parpados se entrecerraban debido a la fatiga de aquel dia tan tortuoso, solo deseaba dormir un poco y olvidarse de todo eso como si se tratara de una cruel pesadilla.
-En la salud… y en la enfermedad, hasta que la … muerte nos separe, ¡Ja!, creo que yo crucé esa ultima línea- Mencionaba con una sonrisa característica dando otro sorbo a su bebida concentrándose en la madera de la pared desvaneciéndose lentamente.
Sintió que alguien se acercaba a la habitación paso a paso y por inercia volteaba para dar un sobresalto en la cama, pues una castaña de cabello lacio se acercaba con aquel rostro de niña y sonrisa de amanecer que le provoco una inmensa felicidad. Ella estaba semidesnuda, tan solo una lencería de color rosa pastel cubría sus partes mas privadas y el aroma a manzana y canela se hacía presente en cada rincón de la habitación.
-Hermione…- Damon balbuceaba observando que ella se sentaba lentamente al otro extremo de la cama para dirigirse a su pecho blanquecino y abrazarlo. El tan solo la miraba y notaba que sus manos temblorosas la acariciaban por inercia. -No te has ido… por que no te vas y me dejas… vete…- Su voz era en susurro, lento, arrastrado, como si cada oración le implorara lo contrario pues deseaba retenerla, aprisionarla, conservarla en su habitación para encerrarse con ella en su propio mundo; aquel que era solo suyo y de nadie mas.
-No puedo dejarte solo Damon… acabo de terminar con Draco, por que estoy enamorada de ti..- Ella se dirigía a su boca y el pelinegro sonreía de satisfacción abrazándola por la espalda; findiéndose en un beso profundo la colocaba de lado para quitarle lentamente la ropa interior para despojarla de ese sostén que cubría sus senos.
-Eres mia… solo mia…- Mordía su labio inferior atrayéndolo a su lado para después acariciar sus piernas recorriendo los muslos que se tensaban un poco con el contacto. -No me dejes… no vuelvas a dejarme Hermione..- Damon estaba enloqueciendo de felicidad, pues aun besaba, lamía, y se apoderaba del cuerpo de la chica con sutileza provocando que ella arqueara la espalda perdiéndose en ese mar bronceado cubierto con tan solo una prenda rosa pastel.
-Nunca te dejaré Damon… - Esa voz era distinta a la de la castaña, por lo que el pelinegro se incorporaba sorpresivamente para darse cuenta que la chica era diferente. Sus cabellos chocolate, ojos almendrados y mirada descarada eran las propias de Katherine Pierce quien solo se reía a carcajadas por jugarle esa broma tan pesada.
-Donde está Hermione?- El la tomaba del cuello con los ojos cerrados.
-Lejos de ti… pues yo siempre gano, te quitaré siempre lo bueno que puedas tener Damon Salvatore, te haré infeliz a tal grado que quieras quitarte la vida por cuenta propia...- La chica seguía riendo como loca mientras que el se apartaba bruscamente tomando su rostro con ambas manos, pues era evidente que se trataba de una pesadilla, un mal sueño del cual ansiaba despertar para después tranquilizarse, pero la risa se seguía escuchando alrededor de la habitación hasta que en ese momento sintió otra voz que lo llamaba; una tranquila que conocía a la perfección.
-No la escuches amor, pues esa felicidad que buscas solo está en ti mismo- Damon se giraba repentinamente para darse cuenta que una mujer de cabello oscuro, rizado con ojos aguamarina se encontraba sonriéndole apaciblemente. Su vestido era el mismo que la castaña usó en la celebración de colonos dándose cuenta que se trataba de ella.
-Madre…- Ella solo asentía con la cabeza pasando su cálida mano por el cabello del chico; el sin dudarlo un momento se arrojaba a sus brazos deseando que no se convirtiera en humo, pues ahora sus sentimientos estaban mas a flor de piel que cuando se convirtió en vampiro los primeros días.
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Instintos
FanfictionDamon Salvatore, el mas sanguinario y letal vampiro de Mysitic Falls decide terminar con el tormento que aqueja a su hermano Stefan. Decide viajar a Londres donde le sigue la pista al híbrido Klaus Mickealson. Cuando es atacado a muerte encuentra a...