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Alex:

-Putas.

Susurraron dos mujeres que pasaban en frente de nosotras. La sonrisa de Nicky se desvaneció y arrojó el cigarrillo con intenciones de ir detrás de ellas para enfrentarlas. La detuve antes de que hiciera tal estupidez porque en realidad ¿que sentido tenía?

-Déjalas.

-No entiendo como ciertas personas ofenden creyendo que tienen la verdad absoluta en sus narices.

-Nicky, cobramos porque alguien toque nuestro cuerpo ¿eso no nos hace putas?

-No. Y honestamente Vause... me sorprende que aún lo sigas creyendo después de estas dos semanas.

Dos semanas llevaba en ese lugar. 5 hombres, 3 mujeres y una opción de trío pero la idea de desvaneció porque la pareja de clientes no volvió.

-¿Qué quieres que te diga, Nic? Tengo 18 años y he tenido más relaciones sexuales que la gente promedio...

-¡y qué! Joder Vause- Nicky me interrumpió casi exasperada por tener esta conversación. Pareció perderse en sus pensamientos unos momentos -¿Recuerdas a Cleo?...

-Claro que me acuerdo, hacías que los baños del sexto piso se volvieran el lugar de las promiscuidades.

-Bueno precisamente Vause... Cleo era mi chica sabes, la que soñaba. Pero nunca se dieron las cosas porque ella era libre. Realmente creía que podía tener tres o cuatro relaciones sexuales al día y no se sentía mal por ello, de hecho tú y yo lo sabemos... nos acostamos con las chicas que queremos cuando podemos y lo hacemos sin remordimientos. Acá lo hacemos igual con la diferencia que algo ganamos... creo que debes darle la vuelta a la moneda Alex y empezar a considerarte una diosa del sexo.

Y ahí toda la seriedad se fue a la mierda. Le dio un pequeño golpe en el brazo por haberme hecho reír.

-Nicky, yo lo sé. No me siento mal ¿sabes? Aún si Diane se diera cuenta... ¿que más da?. No me gusta ni me disgustan los chicos, basta con imaginarme que es una chica con un strap on y creo disfrutarlo...

-Oh querida lo sé.

-Pero más allá de eso... ¿que pasara si me enamoro? ¿Ya no puedo tener una vida normal? Ni siquiera puedo gastar todo el dinero que tengo debajo del colchón porque siento que está manchado de... sexo y mi madre lo descubriría.

Nicky suspiró entendiendo completamente mi punto. -Cuando te enamores, sabrás que hacer. Alex, esto no es una carcel... tú puedes irte cuando quieras y lo sabes.

Preferimos dejar la conversación hasta ahí porque nos estábamos poniendo demasiado trascendentales y no era el momento adecuado sabiendo que aún seguíamos en ese lugar.

Al entrar de nuevo, Nicky subió a su habitación para cambiarse los zapatos mientras yo divague en que podía hacer. Me senté cerca de Maritza quien estaba arreglando su cabello. Se había convertido en una buena amiga y podía sentir toda su vibra cómica ante la vida.

-Creo que Piper volverá en unas horas...

-¿Se había ido?

-¿En que mundo vives?

-En un mundo en el cual esa rubia no es el centro del universo como para todas ustedes.

-En fin... tengo que terminar de arreglar mi cabello antes de que ella vuelva... estás son de ella- Maritza me miró divertida sacudiendo las pinzas. Me hubiera parecido un acto abusivo que tomara algo que no es ella pero hablando de Piper no podía importarme menos.

Sonreí y me levanté de la silla. -Déjame ayudarte con eso entonces.

En el momento en el que tomé las pinzas en mis manos y un mechón de cabello de Maritza, entro Piper aplaudiendo. La miré a través del espejo.

Piper Prepago Donde viven las historias. Descúbrelo ahora