CAPÍTULO 13

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NOVIEMBRE, 2005

-Camille, ya paso bastante tiempo... lamento haberlo hecho – Camille había tratado de no hablar sobre el tema pues ya había quedado claro que para él había sido un error

-¿Por qué hablar de un error? – cuestiono sin verlo – Al fin y al cabo eso fue, un error. No le veo el sentido de querer hablar.

-¿Eso fue, un error? - ¿por qué lo decía dolido, cuando él fue quien lo dijo?

-¡No pongas ese tono! – lo apunto – ¡Tú lo dijiste, no yo!

-Nunca dije eso - ¿podría ser tan mentiroso?

-Aleksandr, si no vas hablar con la verdad, mejor no me hables, odio que me traten de mentirosa

-Camille, no dij...

-Dijiste que fue un error, segundos antes de que te marcharas diciendo "¡Mierda, Emma!"- todo empezó a pasar lento por su mente y tenía razón, lo había dicho – Pues no vuelvas a cometer tal error, porque si no vas a ser suficiente maduro para decir "la cague Camille, pero lo hice porque me nació" no quiero que me vuelvas hablar, no es excusa decir "fue un error". Noooo, Aleksandr Gahel Harforf – se apuntó a sí misma – yo, no soy error de nadie.

-Tenemos a personas junto a nosotros, ¿no ves que si fue un error? Ellos no se merecen eso – Aleksandr quiso conciliar con ella

-¡Entonces la próxima vez, te coges los huevos y no cometes tal error, por tu culpa le falle!

-¡Deja de ser tan grosera!

-¡Vete a la mierda Harford!

-¡No fui solo yo, así que no me culpes!

-¡Date cuenta de lo que estás hablando, no hay nada coherente, se sincero Aleksandr, pero no juegues con Emma y sobre todo conmigo, de verdad te quiero, pero no hagas que esto se acabe por calenturas estúpidas de tu parte!- estaba tan acorralado que los nervios eran casi palpables para ella, la manía esa de morderse los labios la enfurecía porque le daba ganas de probarlos, pero probarlos de verdad.

-Discúlpame, sé que actúe sin razón. Estaba molesto porque me mentiste y no sé por qué lo hice – se había apoyado en la pared con los brazos cruzados y la cabeza gacha – No entiendo porque me enfurece tanto que me hayas mentido sobre tu relación con Sam

-No te mentí, las cosas fueron sucediendo – se excusó tratando de parecer lo más serena posible

-¡Por un demonio! – de nuevo estaba su carácter furibundo tratando de ser controlado sin éxito - ¡Me decías que te ibas a ver con amigas y terminabas con él! ¡Eso es mentir, Camille!

-¡No eres mi padre para que te esté pidiendo permiso! ¡es mi vida! – sin permitir que esta se moviera la tomó de los hombros

-Yo soy como tu hermano mayor y me debes respeto por lo mismo – si Aleksandr creía que hablarle a centímetros del rostro la iba acobardar, estaba muy equivocado, muy contrario a eso, la adrenalina que fluía por su cuerpo la había envalentonando. Dejando a un lado la sensatez se lanzó hacer lo que tanto había deseado que él hiciera, se lanzó a sus labios para después tomarlo de la nuca, ya no era un simple roce, sus labios estaban en una danza perpetua donde la culpabilidad se había perdido, las leguas por momentos luchaban por sentir más el sabor del otro. Aleksandr estaba encantado de tener el privilegio de sentirla así, parecían tener una coreográfica no pactada.

Aleksandr sin medir más la pegó a él, quería sentirla mucho más cerca. Ella se alejó para verlo, la respiración errática de los dos decía mucho de las sensaciones que se habían provocado y sin medir lo incorrecto del acto, se volvió a lanzar hacia sus labios de Camille profundizando más si era posible con el pecho repicando por sus latidos y emoción, solo odian confirmar que...

Sobre la Piel de mi VerdugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora