CAPÍTULO 23

36 3 2
                                    

Diciembre, 2015

-¿Necesita ayudada para ponerse cómoda?– negó con la cabeza, su mente iba a mil, necesitaba salir en lo que se había metido. La mirada expectante de Aleksandr al pie de la cama la ponía nerviosa – démosle espacio, señor Harford.

La miro dudoso, hace menos de veinte minutos no podía ni caminar y ahora que aún se le veía el malestar, se notaba que estaba haciendo un sobre esfuerzo - ¿estás segura? – Camille asintió, se quedó quieta hasta que sintió la puerta cerrarse.

Se quitó el vestido con desgano, el parche estaba ahí, a Aleksandr podía mentirle, pero al médico tenía que decirle la verdad, ni siquiera podía consumir algo si por su cuerpo corría Fentanilo, para llenar su paranoia era decirle todo lo que consumía, su tratamiento oncológico, en que etapa estaba y esto se resumía que Aleksandr se enteraría. Ella podría soportar absolutamente todo, menos que la vean como pobrecita o ver lastima en los ojos de los demás, los últimos años ya la habían repletado de aquello que ahora no quería que siga sucediendo y que el trato cambie, compasión lo ultimo que buscaba de él.

Se colocó unas bragas, pantalones de algodón y una camisera a juego, si debía pasar por esto que sea rápido, después de esto huiría – ya pude pasar.

-Me vuelvo a presentar, soy Edward Snother, médico genral y médico de cabecera de los Harford

-Camille Pride, mucho gusto.

Aleksandr observaba el comportamiento nervioso que evidenciaba Camille cuando jugaba con las manos – acuéstate – su tono grave la alteraba, se acomodó como pudo.

– El señor Harford me comentó, que estaba con nauseas y dolor ¿me puede indicar donde le duele exactamente? – no le salía palabra alguna, solo le indico el bajo vientre – la voy a descubrir, necesito palpar – Dios llévame contigo pensó cuando el médico le levanto la camiseta y le acomodo los pantalones para dejarla expuesta.

-Snother, también revísale esa quemadura, en la mañana se apoyo en la estufa – la miro por encima de las gafas, esperando que ella comente algo, aquellos parches eran especiales en su forma y cualquiera de la rama de la medicina podría reconocerlos.

La mirada suplicante de Camille fue notoria – no es necesario, yo solo necesito descansar y algo para las náuseas. Comí algo que me ha caído mal, quizá es una intoxicación.

De sus pertenencias saco unos guantes de látex – sabes que... – esta asintió antes de que termine la oración, la postura tensa de Aleksandr se acercó – Aleksandr – el formalismo se había perdido – por favor déjanos solos – bufo negándose, no la dejaría y menos expuesta como estaba.

-No lo haré, solo date prisa, tenemos que irnos.

-Aleksandr, tengo que examinarla bien y tiene que ser cómodo para Camille – estaba agradeciendo mentalmente - ¿te incomoda que se quede? – la mirada penetrante del pelinegro se poso en ella esperando la negativa. Consiguió todo lo contrario, a pasos agigantados salió de ahí dando un portazo - ¿por qué usas Fentanilo? – su silencio de prolongaba – soy muy riguroso con el juramento hipocrático, así que puedes confiar en mí y ver si puedo hacer algo por ti.

-Soy paciente oncológica – que amarga esa confesión, que siempre prefería no decir para no sentirla así. Este asintió – estoy en remisión parcial, no tengo un ovario y una trompa, tengo un mioma adherido en las paredes del útero. Hace mucho que no sentía esto, hace mucho que no me pasaba esto, normalmente puedo soportar el dolor y las náuseas.

-¿Has abusado del uso de los parches? – esta negó - ¿con que frecuencia lo usas?

-Solo cuando estoy con el periodo, por el dolor que me provoca.

Sobre la Piel de mi VerdugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora