CAPÍTULO 19

177 13 4
                                    

Diciembre, 2015

Paseó por cada rincón que ofrecía el primer nivel; ahora le agradaban las frutas, la cocina estaba repleta de ellas, el salón principal no solo había cuadros artísticos, también había fotos, varías le habían agradado. La que más le gustó era donde estaba junto a Sophia, un niño y una chiquilla de espaldas a la cual parecían estar molestando, estaban en la Riviera Francesa, su cabello corto hasta la barbilla, se veía más delgada, podría admirar su cuerpo, aunque la forma de su cuerpo actual era mucho mejor, se ve más saludable. Prefería ver su rostro que era el portador de una sonrisa magnífica, sus ojos brillaban. Era la imagen clara de una persona con una felicidad inmensa, sonrió porque llegaba a transmitir el sentimiento. No podía quedarse con las ganas, necesitaba tener esa imagen siempre, sacó su teléfono e inmortalizó una vez más aquel momento.

Era confuso varios momentos para él, ella podía parecer alguien sin sentimientos; la mayoría del tiempo, después estaban esos quiebres como el de hace un momento y después estaba el que parecía tener un alter ego que la hacía expresiva, porque ahora que la veía en su escritorio en plena reunió por videoconferencia estaba la Camille fuerte, decidida, conocedora, era imperturbable en el momento.

-Los papeles serán enviados con nuestro representante legal, es un gusto hacer negocios con usted señor Hall.- Su vista fue a la de Aleksandr que estaba recostando en el marco de la puerta - ¿todo bien? – se sentía asfixiada.

-¿Por qué lo dices?

-Tu mirada – se vuelve más intensa

-¿Qué tiene? Solo observo cómo trabajas.

-Harford, la intensidad de tu mirada es más de lo que cualquier persona puede soportar – dice avergonzada - y hago lo mismo que tú, no hay nada interesante.

-¿Por qué no un Holding?

-Apreció la diversidad, no veo lo malo en ello, pero me gusta lo conciso.

-Me agrada la forma que en minimizas mi empresa.

-No lo he hecho. Solo que no me gusta cómo se maneja tu rubro. Tú compras a la competencia para descuartizarla estando muerta y así mejoras el producto que ya tienes – la ceja de Aleksandr se elevó haciéndolo ver arrogante. - algo válido, pero no de mi preferencia.

-¿Y tú qué haces?

-Yo...– sonrió con algo de malicia - la descuartizo viva, la derroto. Doy el mil por ciento, el resultado es lo que vendo, sin haber utilizado materia de otras empresas.

-Nunca lo había visto así – Tal vez si Camille supiera lo que le producía en los pantalones escucharla hablar así, ella callaría – Derrótame.

-¡¿Qué dices?!

-Lo que escuchas.

-¡No!

-¿Tienes miedo?

-No es eso, sé que puedo.

-Entonces...

-Mucha gente se queda sin trabajo, ellos tienen una familia, necesidades. No es un juego, antes de hacer algo siempre planeo lo que va a pasar con ellos.

-Me encargaré de que eso no suceda.

-¿Una empresa principiante haciendo añicos al grandísimo Aleksandr Harford? – negó con la cabeza – Eso no te conviene.

-Tú no creas saber lo que me conviene – solo respondía a lo que ella había dicho, eso sonó como una amenaza – seguiré recorriendo el lugar – asintió confundida.

Sobre la Piel de mi VerdugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora