DICIEMBRE, 2005
-¡Por favor! – Emma estaba cansa de rogar todo el tiempo para que Aleksandr pase tiempo con ella, de un día para el otro ya no era el mismo, ella ya no era su prioridad y todas sus actitudes hablaban del poco interés que ya tenía por ella. Como era de esperar y por el miedo a dejarlo ir, Emma seguía soportando sus desplantes, que los calificaba como los desplantes más educados – Si no quieres ir al cine, podemos ir a otra parte. Elige, a donde quieras, pero hagamos algo juntos.
-Emma, estoy muy cansado. No quiero salir, ya te lo dije, me falta estudiar para el examen de mañana, no sé si a ti te importa, pero para mí es muy importante estar invicto en los cursos con sobresalientes, estoy tratando de ir a la universidad que quiero y no a la que me impongan – Emma había dejado de hostigarlo, pues acaba de confesar algo importante, algo que nunca había dicho por el mismo hecho de que no hablaba de sus padres.
-No soy adivina, me tienes que decir las cosas Aleksandr, no te olvides que es casi cero las veces que hablas de tus padres. Tampoco me habías dicho que ellos te estaban imponiendo las cosas.
-No tengo porque estar contándote todos mis problemas y más cuando son tan personales – esa relación estaba cada vez peor, ella trataba de saber desde cuándo.
-Creo que tengo el derecho por ser tu novia ¿Me equivoco? – Aleksandr quería parar con esto, eso estaba mal... muy mal.
-Emma... - ¿Cómo le decía que ya no quería estar con ella? Era muy obvio y por la personalidad que ella tiene que le iba a pedir explicaciones, explicaciones que, si las tenía, pero que le harían daño – es mejor...
-¡Aleksandr! – Camille había entrado sin pedir permiso quedando petrificada al ver a Emma con la cara descompuesta y Aleksandr estaba nervioso – Emma, no sabía que estabas aquí.
-Ya me tengo que ir, Alek tiene que estudiar y yo también debería hacerlo, los dejos – Emma sabía bien lo que él le quería decir y en ese momento agradeció a Camille ser tan inoportuna, puede ser muy tonto que ella quisiera seguir con una persona que no la quería, pero quería creer que solo era una etapa, que pronto el volvería a ser el Aleksandr que se preocupaba por ella – Nos vemos mañana, me gusta tu blusa Camille – la mencionada sonrió tensa, pero no agradeció el gesto, se acercó a darle un pequeño beso a Aleksandr que no pudo evadir por más que quiso, las facciones de Camille habían cambiado, era obvio que a ella le molestaba ver a Aleksandr besando a otra como a él le molestaba cuando ella tenía que besar a Sam.
Espero a que esta se marchara, para poder hablar, era poco lo que tenían que decirse cuando las miradas hablaban por si solas.
-¿Por qué entraste así? – estaba molesto
-No sabía que estaba ella, no era mi intención molestar su momento romántico – Aleksandr se paró de la cama para acercase a ella
-Le iba a decir que se terminaba lo nuestro – Camille se soltó del agarre de este – No puedo seguir fingiendo
-¿Qué te sucede, qué le querías decir? – los vellos se le habían escarapelado – Ya quedamos que no volvería a pasar todo este alboroto, trata de mejorar tu relación, juro que yo me estoy esforzando en la mía.
-¿Por eso te molesta que Emma me bese? – Él no entendía porqué Camille no quería aceptar lo que pasaba entre los dos y más porque aquel juego no había quedado en aquel beso de necesidad que ella le había dado. Habían compartido muchos de ellos, disfrutaban del sabor del otro en muchos momentos.
Sí, no era lo correcto y lo sabían, más cuando después de besarse entre ellos tendría que compartir sus labios con otros.
-Déjame trabajar en ello – su voz pausada de Camille mostraba su inseguridad
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Sobre la Piel de mi Verdugo
Любовные романыUn encuentro nuevo... Una nueva historia... El dolor y el analgésico, son la misma persona. No se trata del amor que sintió, se trata del odio que siente. No se trata de recordar, se trata de que no olvido. "No creas que esto se trata del presente...