CAPÍTULO 22

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JULIO 2013

Jamás hubieran pensado siquiera salir de Londres, ni al pueblo más cercano y hoy se encontraban en Cannes, la Riviera Francesa era fascinante. El mar a todo su esplendor turquesa los llamaba a hundirse en él, los veleros y los yates eran impresionantemente lujosos, cada rincón de la ciudad tenía una brisa bohemia, parecía que era una convención de artistas, entre la gente bailando o pintando en las calles, nadie se veía preocupado, todos parecían felices.

-¡Me encanta! – Alice llevaba una pequeña cámara polaroid que le había regalado Camille a principios de año cuando se dio cuenta que amaba tomar fotografías y tenía que esperar que sus padres revelaran los rollos. Aún recordaba cuando le regalo una cámara digital, no quería ser mal agradecida, pero decía que mejor salían cuando eran análogas.

-Serán las mejores dos semanas de mi vida – Will no dejaba de repetir lo mismo desde que habían bajado del avión - ¡Alice! ¡Alice! Tómame una foto aquí – su hermana mayor no podía dejar de ver las poses ridículas que ponía el adolescente emocionado – cuando regrese a la escuela nadie creerá que estuve aquí, así que necesito muchas fotos.

-Will puedes calmarte, nos haces pasar vergüenza – Camille la codeo para que no le corte la emoción – no lo defiendas, que se porte bien y sabes que no deberías estar saltando, todavía no controlas bien la prótesis – no hace mucho que su pequeño hermano de Sophia había recibido la nueva prótesis de la pierna que le permitía mayor movilidad gracias a la tecnología, pero ya había tenido varios accidentes por andar de saltarín.

-Eres demasiado aburrida Sophi, deberías relajarte. La vida es una sola – la castaña no podía evitar sonreír de escucharlo. La única que rebosaba de buena salud era Sophia, sin embargo; había visto a la pelinegra estar día a día con su hermano – estamos celebrando que se acabó por fin y que pronto Alice y Cam estarán libres de todo – el adolescente de catorce años había vencido el osteosarcoma después de tanto tiempo y de haber perdido una pierna, esto nunca lo amilano, siempre fue creyente que el saldría adelante - ¿Cam cuando tú y Alice acaben con esto, para donde iremos?

-¡Will! – su hermana se sentía avergonzada por su falta de prudencia – Agradece esto y no estes de sanguijuela.

Camille le sonrío. Él siendo el más pequeño era el que más esperanza tenía que todo acabaría, era fiel creyente que los tres algún día rebosarían de buena salud y harían todo lo que había vistos por la televisión mientras paseaban por el salón de recreación en la clínica – Pues la que salga primero escoge el destino

-Yo quiero conocer Edimburgo – reconoció avergonzada Alice – te he escuchado hablar tanto de esa ciudad que me muero por tomarme fotos como las que tienes ahí, quisiera ver toda la arquitectura y disfrutar de la lluvia – Eso era lo que las unía. Camille con Alice tenían mucho en común, disfrutaban de casi lo mismo, sobre todo su fijación por los libros, el cantar, la arquitectura, la lluvia y el frio.

-Podemos ir ahora en octubre, podríamos disfrutar de la lluvia – Alice la tomo del brazo – y podríamos aprovechar en ir a Dublín por la biblioteca del Trinity College – el gritito de emoción la hizo reír

-Solo ustedes se podrían emocionar por una biblioteca – Sophia no entendía la fijación de estas por aquellos lugares 

-¡Sophia, no es cualquier biblioteca! – gritó dramática y mirando a Camille las dos continuaron al unísono - ¡es la biblioteca de Harry Potter! – explotaron riendo.

-¡oigan nerds y tú la aburrida, vengan acá! – cuando se dieron cuenta ya estaba al final de La Croisette – pidamos que nos tomen una foto a los cuatro.

Si la paz y felicidad se podría representar, era ese momento inmortalizado. Sophia abrazaba a Camille mientras Will le picaba las costillas a Alice haciendo que esta de la espalda tratando de alejar al menor del grupo.

Sobre la Piel de mi VerdugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora