Enero, 2016
La llamada de la cual dijo que no se iba a preocupar llegó. Camille estaba a cinco minutos de terminar con su chequeo y contrario a sus planes, se tuvo que trasladar a las afueras de Londres para verificar la fábrica automotriz con el nuevo socio, tampoco había contado que su socio estaría educando a su futuro heredero en consecuencia la reunión por momentos se había vuelto lenta extendiendo el tiempo previsto para esta.
-Tenemos los puntos claros – se levantó junto con su asistente de respaldo – un gusto hacer negocios, lamento tomar tu primer día del año de esta forma.
-Para nada, encantado señor Harford, espero coincidir más a menudo en estos lares.
-Lo dudo, pero eres bienvenido en América – le brinda la mano – Thom, eres bienvenido de igual manera – pretendía brindar una sonrisa que quedó en el intento, su incomodidad había sido obvia a la segunda vez que el chiquillo había interrumpido según con grandes ideas que no aportaban nada.
-Me encantaría invitarte a una cena el día de mañana, para celebrar los negocios.
-Señorita Denson ¿tengo disponibilidad? – aquel tono usado hubiese sido muy obvio para Amanda siendo entrenada bajo toda la furia del pelinegro, contrario a Céline que corrió la mala suerte de fungir de asistente personal el día de hoy.
-Claro que sí señor Harford, la noche de mañana la tiene libre – Aleksandr la miró unos segundos hasta que la muchacha se le cortó la respiración, la estaba matando con la mirada.
-Entonces ahí nos vemos O'brithwile. Le envías los datos a mi asistente – aquella última palabra la dijo entre dientes, pues no le quedaba mucho tiempo – voy con prisa.
-Que tengas buen día.
Hasta la empresa era treinta minutos, su siguiente reunión empezaba en dos horas, hasta la clínica donde se encontraba Camille unos cuarenta minutos, no podía perder tiempo yendo a dejar a la inútil que tenía a su costado temblando.
-Gibson, a la clínica – no había más que decir. Aceleró rompiendo el limite permitido, la pobre muchachita iba sin inmutar palabra y el terror que la consumía por cada minuto que iba con su jefe que parecía haber olvidado que ella estaba ahí. Sopeso la idea de hacerse notar, pues ella pensaba en el trabajo pendiente que había dejado.
-Señor – susurró, que mala idea pensó. Aquellos exóticos ojos vacíos la miraron – tengo trabajo que hacer - ¿alguien le había explicado a qué se dedica una secretaria o asistente personal?
-No – la voz profunda de su jefe la dejó en un momento de delirio delicioso – no lo tienes – por un segundo pasó por su mente que eso significaba que le darían plazo - esta despedida.
-Pero señor...
Aleksandr levantó una mano cortando sus palabras – no sé quién te ha contratado, también esta despedido el que lo haya hecho. Necesito gente que pueda entender entre líneas y sobre todo que entienda de que va su trabajo.
-Se...
-Gibson, que Banner tome un vuelo.
Llegó al lugar, no era una clínica cualquiera; era a la cual brindaba fondos cada que un estudio iba en acenso para el bienestar humano, lo cual se le hizo raro, pues no era muy común que las personas asistieran a esta a menos que fueran derivadas.
-Gibson, necesito información de Pride, no dejes nada sin recabar.
Eso fue lo último que mencionó antes de dirigirse a la torre en la cual le dijeron que Camille estaría; sin embargo, llevaba diecinueve minutos buscando sin éxito, ya había recorrido más de la mitad del lugar y no la hallaba. La idea de llamar a Gabrielle solo significaba que se alarmarían y no estaba planeando entrar más al drama, el favor era sencillo: Recogerla para que se distraiga y no pregunte por la muerta, llevarla a casa y él podría regresar a sus asuntos.
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Sobre la Piel de mi Verdugo
RomansaUn encuentro nuevo... Una nueva historia... El dolor y el analgésico, son la misma persona. No se trata del amor que sintió, se trata del odio que siente. No se trata de recordar, se trata de que no olvido. "No creas que esto se trata del presente...