Tony Bradley

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Llegamos a casa y por suerte todo continuaba en su lugar.

- ¿Que tal mi idea, eh? - Amber enarcó una ceja con superioridad.

- Genial - Contesté riendo - Ya no debo caer sobre Cam y además cada vez que él me venía a visitar Adam se terminaba enterando por cualquier tontería.

- Agradece que te sacaba de este infierno - Se hizo el ofendido y lo tomé de los cachetes.

- Aún te amo - Besé su frente, rió como niño y bajamos del auto.
Cameron colocó de nuevo la escalera y sonreí nostálgicamente.

- Chicos los veré mañana - Murmuré y suspiré pensando en la soledad de la casa.

- Te amamos mucho tonta, sólo cuídate ¿Si? - dijo Amber abrazándome muy fuerte.

- No hagas nada tonto, y si vas a hacer una locura ni se te ocurra dejarnos por fuera - Dijo Cameron señalandome.
Reí para luego subir a las escaleras con mucho cuidado, cuando llegué al final pude observar mi ventaja abierta tal y como la deje para entrar con cuidado. Me asomé y Cameron de nuevo estaba dejando la escalera en el suelo justo pegada a la pared para dismularla un poco.

Me despedí moviendo mi mano de un lado a otro a lo que ellos subieron al auto y de inmediato arrancaron para irse. Suspiré y cerré la ventana para comenzar a caminar alrededor de la habitación en busca de hacer algo y era que a la una de la tarde que se podía hacer si estabas completamente castigada.

Llamar a tus padres

Buena idea conciencia. Bajé con mucho cuidado, rezando el credo más de diez veces en mi cabeza con el fin de no encontrarme al idiota de Adam en el camino.
Cuando llegué a la sala no estaba y sonreí aliviada, pero mi sonrisa se esfumó apenas lo vi de pie dándome la espalda y bebiendo agua justo en la cocina donde el fijo se encontraba en la pared colgando.
En el momento en el que se percató de mi presencia se volteó para verme fijamente sorprendido, no le presté absoluta importancia y marqué el numero de mi madre. Sin embargo podía sentir su mirada penetrante en mí lo que me incomodaba demasiado y me colocaba más nerviosa de lo normal.
Al tercer timbre contestó ella con una voz de entusiasmo.

- Hola mami - Saludé.

- ¡Cariño! ¿Cómo estas? - Preguntó alegre.

- Bien mami - Contesté - ¿Mi papi? - Que les dijera mami o papi no quería decir que fuera mimada y caprichosa simplemente acostumbraba a usar ese diminutivo cuando realmente los extrañaba mucho.

- Amor justo está en el supermercado comprando algunas cosas para cenae debido a que esta tarde a las cinco tendremos una conferencia y llegaremos lo suficiente tarde como para ir a un restaurante, además estamos cansados de comer en diferentes lugares - Dijo ella para oír sonar los teclados de un computador detrás de su voz.

- Espero que papá te haga una buena cena - Reímos - Y es genial que les vaya tan bien con varias conferencias - Sonreí alegre por ellos, el dinero no importaba era la felicidad de ambos por hacer lo que más querían.

- Lo sé cariño - Hizo una pausa y se dejaron de oír los teclados del computador - Cuéntame ¿Cómo vas con Adam? - Preguntó con mucho interés en el tema.

Dudé en hablar mal y contarle lo peor de él, sin embargo debía dejar al lado las cosas personales con su trabajo, lo miré unos segundos y su mirada aún posaba sobre mí así que suspiré para responder.

- Es... - Volví la mirada al suelo - Es genial, está siempre al tanto de mí - Y no eran mentiras, siempre estaba sobre mí ya sea por una u otra razón pero nunca dejaba salirme con la mía.

°Perfecto Desconocido°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora