Olas del mar

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- ¿Estás segura de lo que quieres hacer? - Preguntó Amber y yo solo bufé.

- Realmente no - Rodé los ojos y con cuidado me acomodé en la cama.

- Sabes, siento que esto lo haces más por él que por ti misma - Amber siguió copiando en su cuaderno.

Miré la manilla de oro blanco que tenía preparada para nuestro aniversario, sonreí con nostalgia mientras la tocaba delicadamente.

- Me encantaría decir que Estás equivocada, pero, tienes toda la maldita razón - Reí y ella rodó los ojos.

- ¿Eres Amy? Jamás das la razón - Preguntó ella colocando la mano en su pecho en manera de ofensa.

- Sabes, creo que nunca sintió las mismas cosas por mí - Suspiré y ella dejo su lápiz a un lado para verme fijamente.

-¿Tú piensas eso? - Abrió la boca para continuar hablando, se quedó un momento así pensando que decir - Sólo digo que, a lo mejor él si te quiso, sólo tiene problemas.

-¿Por qué lo defiendes?

- No intento defenderlo y lo sabes, fue muy imbécil largarse de esa manera, cuando más lo necesitabas, casi mueres y él simplemente se alejó, por orgullo o no sé porqué lo haya hecho, pero lo hizo. Pero no intentaste hablar con él, tal vez si intentaras ver desde su posición... -

- ¿Qué debo ver desde su posición,? ¿Que me haya engañado? ¿Eso es lo que debo hacer? Amber no sé de que lado Estás, pero definitivamente, Estás loca, aparte ¿Dónde ves que me haya buscado? ¿Por lo menos me gastó un minuto para saber como estoy? No lo hizo - La interrumpí

- Mira, lo menos que quiero es que nos enojemos, simplemente di mi opinión, solo espero que lo pienses, aunque él no deja de ser muy idiota, y no deja de querer matarlo. Mejor, dime ¿Ya tomaste tus medicamentos?

Esbocé una sonrisa y justo mi mamá entró a la habitación.

- Hola niñas, ¿Como van? Stella les preparó unos sándwiches, aunque se los quise traer personalmente, quería saber como estaban y como seguías cariño - Lo último lo dijo mirándome.

- Me siento un poco mejor, aunque aún me duele mucho, pero todo está bien - Sonreí y con mucho cuidado, sin hacer tanta fuerza, me senté en la cama.

Mi madre dejó el refrigerio sobre la mesa y se sentó a nuestro lado en la cama.

Amber había venido todas las tardes a visitarme, traía sus cuadernos y yo le ayudaba a hacer sus trabajos y a estudiar para los exámenes que faltaban, ya mañana era su último exámen y automáticamente podía tener su cartón de grado en manos, claro está, debíamos esperar hasta la ceremonia.

Un rato después, Amber se fue y mi madre se quedó conmigo. Me miró fijamente y sonrió.

- Sé que yo no he estado tan presente en tu vida cariño, sólo quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que sea, puedo ser tu amiga, a la que le cuentes como te fue en el día o a la que le cuentes que pasa en tu vida. Tú crees que no te conozco, yo te tuve nueve meses dentro se mí - Con su mano colocó un mechón de mi cabello detrás de la oreja - Sé que algo te pasa, sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras.

Tragué en seco y la miré, suspiré. Creo que es momento de explicarle muchas cosas.

- Si debo contarte algo - Me detuve y ella apretó mis manos - Este tiempo que no estuvieron, estuve con alguien. Lo quise como no te imaginas, aún lo amo - Tomé aire - Fue muy especial conmigo, era muy atento, dulce, pensaría que me amaba, tal y como yo lo hacía. Siempre pendiente de mí, pensaba que era lo mejor. Pero simplemente, las cosas no se dieron, él decidió estar con su ex novia. Y nuestra historia fue muy chistosa sabes, al principio lo odiaba y... - No pude evitar quebrantar mi voz, aún así sonreí, intentando mantenerme - Me enamoré, eso hice.

°Perfecto Desconocido°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora