- Te amo- soltó de repente, dejándome sorprendida con la seguridad en la que lo dijo, yo en cambia tendría que pensarlo mas de dos veces para hablar.
Y es que estamos hablando de amor, es algo mas fuerte que decir te quiero o tan simple como un me gustas, pero esto es un te amo, es complicado tener una respuesta.
- Pensé que yo sola me había enamorado- Susurré para mí misma pero él tomo mi barbilla y me obligó a verle.
- También lamento decir eso, no tenía clara mis ideas con respecto a esto del amor, yo solo tenía claro que no debía enamorarme de ninguna chica, porque ellas terminaban siendo la misma porquería que los hombres- Dijo y fruncí el ceño.
- No todas son iguales- Dije y quité mis manos de las suyas, y las dejé en mi regazo.
Me siento un poco mal al escuchar decir que todas somos una porqueria, pensé que él me veía como alguien especial.
- Quiero decir que la mayoría... No todas..N..No tu- Tartamudeó y respiró hondo. Tomó de nuevo mis manos y me miró detenidamente- De una sola mujer aprendí a que no debo confiar en ellas, porque te vuelven vulnerables, te someten a hacer lo que quieren, te enamoran tan fácilmente que siempre quieres tratar de protegerlas y de hacerla feliz...- pasó por detras de mi oreja pelo que caía sobre mi cara- Pero sobre todo cuando por algún motivo todo termina, ese sueño se esfuma y es difícil de aceptar y asimilar que ya nada es real y que ya no puedes volver a besar, tocar o incluso ver a la persona cual amaste tanto- Hizo una pausa y tuve que cerrar mi boca ante lo que dijo, mi cara era de asombro.
- Tenías buenas razones para no confiar en las mujeres supongo- Dije y rió amargamente, como si recordara algo.
- Si, y tiene nombre. Se llama Liza, en ese entonces yo tenía 17 y ella 16, ibamos en el instituto, ella era algo puta, o se acostaba con muchos hombres, de un momento a otro comenzo a hablarme, a sentarse conmigo en los recreos y en clases, una cosa dio a otra y termine enamorandome, nos volvimos novios y pensé que ella había cambiado por estar conmigo, pero me equivoqué, seguía siendo una puta se regalaba con todos los hombres, todos sabían que me engañaba menos yo, yo era el único idiota que no se daba cuenta, o que solo no lo podía aceptar. Luego de un tiempo me enviaron fotos de ella con su "novio" estaban besandose desnudos. Desde que vi esa foto me juré a mi mismo no enamorarme de nadie, la pase muy mal ese tiempo - hizo una pausa- Así que preferí ocultar mis sentimientos hacía ti, era mucho más fácil verte enojada conmigo que no verte.
Mi corazón dio un brinco y comenzó a latir muy rápido.
- Eso es injusto Adam, te enamoraste y ella fue la muy zorra de tratarte así- Dije enfadada, quería verla y gritarle mil cosas.
Sonrió
-¿Te preocupas por mí princesita? - Preguntó alzando ambas cejas.
- Siempre- Besé su mejilla y llegó el camarero con las ordenes.
Comenzamos a comer y a hablar de cualquier cosa. Durante la cena me pillé a Adam mirándome de vez en cuando, cosa que hace que mi corazón papilte con mucha frecuencia y fuerza, que mi respiración se corte con tan solo verme y hablarme, esa voz tan seria y sensual a la vez, me vuelve loca, que a veces mis hormonas no controlan mi mirada indiscreta.
Terminamos de comer y el mesero retiró los platos.
- Bien- Se aclaró la voz- Yo sé que a lo mejor no soy muy bueno haciendo este tipo de discursos, pero quiero hacer lo mejor por ti. Desde el primer día que te vi, sabía que ibas a ser alguien especial para mí, solo que no pensé que fuera de esta forma, cada vez que te beso puedo sentir cosas que alguna vez sentí, mi cabeza es un enredo cuando todo se trata de ti, la semana que desapareciste, no estuve preocupado, porque Amber siempre hablaba de lo bien que estabas, mas bien estuve decepcionado de mi mismo por hacer que todo se fuera directo a la mierda, estaba desanimado por no tener que estar peleando contigo- Reí- Pero princesita todo eso que me haces sentir, no quiero dejar de sentirlo, ¿Sabes por qué?- Preguntó y negué con la cabeza- Porque te amo y no quiero que desaparezcas de mi vida asi que, ¿Quieres ser mi novia?- Preguntó y sonreí, tomé sus manos y las apreté ligeramente.
- Pero Adam, no sé, ¿Que tal que te siga gustando Meghan?- Quería molestarlo un rato, comencé a jugar con sus dedos.
- ¿Qué? No ella nunca me gustó, fue mi acompañante en el cama...- bajó la voz- igual que el resto de chicas, pero el caso es que no me gusta.
- Pero si no te gustan las morenas - Alcé una ceja.
- Tú eres la excepción - Se encogió de hombros.
- No debes volver a estar con nadie mas- Lo señalé y sonrió.
- Contigo me basta estar- Dijo y mi corazón comenzó a latir de nuevo.
- Entonces si quiero ser tu novia- Dije y nos comenzamos a besar, abrí mi boca y le di paso a su lengua, pasé mis manos por su cuello y él me tomo de la cintura- Adam esto es un restaurante- Me quejé separándonos.
- No importa, es zona privada, no nos pueden decir nada- De nuevo me tomo de la cintura y comenzó a bajar sus manos.
- Adam puedes ir a la cárcel, soy menor de edad- Dije jugando con mi cabello mientras río.
- Oh no me vengas con eso de que no te puedo tocar hasta que cumplas dieciocho- Dijo metiendo si cabeza en el hueco de mi cuello.
- Si quieres ir a la cárcel no hay problema- Dije y besé su nariz.
Me besó de nuevo y un carraspeo se hizo presente.
Nos separamos y el mesero llegó con la cuenta.Adam pagó y nos dirigimos a casa
- Mi novia es muy hermosa- Dijo basándome una mano, mientras con la otra maneja.
- Mi novio es muy sexy- Dije sabiendo que su ego esta por los cielos.
- Te lo puedo demostrar de muchas maneras si quieres- Dijo mirándome pervertidamente, reí y golpee su hombro.
Bajamos del auto y entramos a la casa, quité mis zapatos y los dejé en la entrada, subí corriendo a mi habitación y me bañé para luego ponerme sólo una blusa de Adam y mi ropa interior.
Me pasé a su cuarto y entré luego de asegurarme que no estaba, me tiré en su cama y prendí el televisor.
- Si querías que te enseñara mi cuarto, podías habermelo dicho - Entró al cuarto y se quitó la blusa y blazer negro, luego quitó su reloj y su pantalón.
Oh Virgen de los Abdominales, ayudame a no violarlo esta noche
Pasé mi mirada de su cuerpo al televisor, claro está, mirando de reojo como se pone su pijama.
Señor yisus ayuda a esta pobre pecadora.
Se acostó en la cama y nos arropó con la colcha.
Me volteé quedando muy cerca su cara de la mía.- ¿Esa no es mi blusa?- Preguntó y reí.
- Lo era, ahora es mi pijama- Dije
-¿Sabes como se te vería mejor?- preguntó y sonreí- Si mejor te la quitas.
Me sonroje, y rió, pasó un brazo por mi cintura y otro por debajo de mi cuello, me jaló hacía él y me acomodé en su pecho, coloqué mis manos en éste sintiendo los latidos relajantes de su corazón, besó mi cabeza y alcé mi mirada.
- Te amo princesita - Dijo
- Yo también- Susurré
-¿Yo también qué?
- También te amo idiota- Dije y rió, apagó el televisor y de un momento a otro ya estaba yo durmiendo en los brazos de mi niñero.
Si me hubieran dicho hace tres meses que estaría así en estos momento, me hubiera gustado darle una buena paliza a quien se le ocurre la gran idea, pero no fue así, sucedió en la vida real y me está gustando mucho.
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Ok quiero que mi celular estalle de notificaciones y lindos comentarios por parte de ustedes
Las amoo
K.N
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°Perfecto Desconocido°
Teen FictionA mis diecisiete años no pensé que podía llegar a terminar siendo cuidada por un adolescente de casi mi edad, que mis padres me dejarían con él en su consentimiento e incluso que tendría que buscar mi propia forma de sobrevivir por diez meses, pero...