Zayn

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Malditos trabajos, maldita cabeza, maldito sueño, maldito Adam Cooper.

Me levanté de la mesa del computador y me acosté en mi cama, miré la hora en el reloj de la pared que marcaban las nueve y veinte, justo cuando estaba cerrando mis ojos para darme un merecido descanso luego de una tarde entera y repleta de trabajos un sonido me hizo bufar de desesperación.

- Pareces un bebé - Dije tocando mi estómago - Todo el tiempo quieres que te alimente.

Bajé esperando no encontrarme a Adam en el camino y cuando llegué a la cocina allí estaba él junto con dos chicos de su edad, lo miré confundida esperando una respuesta de su parte.

- Por fin bajas princesita, ellos son Alex y Zayn - Los señaló y les dediqué una sonrisa a ambos.

- Hola - Alex batió la mano y le respondí de la misma manera.

- Así que eres la princesita - Murmuró el otro y Adam golpeó su cabeza para él quejarse - Hola preciosa, soy Zayn - El otro se acercó a mi y besó mi mano, la quité sin sonar tan grosera aunque sonreí forzada.

- Adam tengo hambre - Dije sentándome en el mesón de la cocina.

- Tienes manos ¿No? Oh, cierto que a la princesita se le caen las uñas si toca algo de la cocina - Dijo burlón y me reí sarcásticamente.

Levanté una mano y con la otra señalé mis uñas - Estas, son naturales y no cocino sólo porque quiero evitarte problemas al llamar a los bomberos - Me bajé del mesón y lo miré - Se demoran más de media hora en llegar.

- Linda te puedo invitar a comer - Dijo el que me había besado la mano ¿Zayn?

- Está castigada y no tiene permisos - Respondió Adam con total autoridad.

- Aún tengo hambre - Alcé mis cejas evitando su intento de control en la casa.

- Está bien vamos a comer princesita - Dijo Adam tomando las llaves de su auto.

- Esperen - Dije y subí a mi habitación rápidamente para tomar lo primero que había en el estante de los vestidos. Escogí uno negro con una chaqueta de jean y unos converse.
Me hice una cola de caballo y coloqué un poco de perfume en mi cuello.

A medida que iba creciendo sentía que me iba pareciendo a mi madre mucho más, una auténtica mujer fina y con porte de elegancia que no podía salir sin arreglarse, cuando era algo muy especial prefería ella ir al salón de belleza y tardaba horas para salir prácticamente igual que como entraba - aunque papá y yo le señalábamos lo hermosa que se veía -.

Bajé a la cocina de nuevo y la vista de Zayn junto con la Adam me escanearon de arriba a abajo intimidandome.

- Te ves hermosa - Zayn ronroneó y reí por su coqueteo.

- No te preocupes que aquí aplica la que se acaba el efecto a las doce - Sonrió ampliamente Adam mirándolo.

¿Querías jugar Adam? Yo también podía participar

Ignoré su comentario y miré a Zayn - Eres muy amable muchas gracias, tú si eres un caballero - Le sonreí para posar mi mano sobre su pecho con la vista de Adam analizando la situación.

- ¡Nos vamos! - Exclamó él tomándome de la cintura para llevarme a la puerta principal forzadamente y yo disfrutando de su tacto pero sin demostrárselo.

Ojalá no sólo eso nos rozara

¡Conciencia! De nuevo tú, ¿Puedes callarte e irte?

Yo soy tú pero con pensamientos negros no te quejes, me tienes sucia

°Perfecto Desconocido°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora