Castigo

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La mañana pasó muy rápida y ya estaba en la salida del colegio donde divisé a Adam muy llamativo como siempre recostado en su auto. Comencé a caminar para dirigirme a este, cuando justo apareció Tony a mi lado haciéndome brincar de susto por su presencia.

- Te estaba llamando, creo que no oiste - Dijo y colocó sus manos en sus rodillas jadeando un poco por la agitación.

- Lo siento iba distraída - Me disculpé y sonrió para volver incorporarse.

- Quería recordarte de la cita - Alzó sus cejas y sonreí.

- No te preocupes, lo recuerdo perfectamente - Reí colocando un mechón de mi cabello por detrás de la oreja.

- No quería que te retractaras.

- Tampoco lo iba a hacer.

- Tengo muchas ansias de verte hoy - Besó mi mejilla y se fue de nuevo corriendo hasta entrar al colegio, sonreí para mí misma y me ruboricé.

Me subí al auto y por inercia lo hizo Adam también, encendió em motor sin emitir sonido y de igual manera me quedé callada. Llevaba unas gafas de sol que no dejaban ver us hermosos ojos, la barba le había crecido un poco los últimos días que tenía sin detallarlo bien, llevaba una blusa polo que dejaba ver sus tatuajes en su brazo, un reloj adoranaba su muñeca izquierda la cual tenía sobre el volante y una expresión seria que veía la carretera muy firme. Tragué en seco cuando descubrí lo increíblemente guapo que se veía y las ganas de besarlo que producía en mi cuerpo su presencia, para luego limitarme cambiar de pensamiento y optar por cual conjunto usar en la cita con Tony.

Llegamos a casa y sobre la mesa habían algunos envases de icopor con el alimento dentro. Realmente no demoré mucho en almorzar por la incómoda mirada analítica de Adam y simplemente subí a mi habitación para comenzar a realizar los labores del colegio. Cuando fueron las cuatro en punto ya había terminado absolutamente todo, dejé mis gafas refrescantes sobre la mesa al lado del computador para caminar al baño y tomsr una larga ducha. Salí del baño y tomé un vestido de tirantes muy lindo en color crema unido al cuerpo que había comprado para salir a un centro comercial o en su defecto usarlo con una chaqueta en cuero en el invierno de París, tomé unos tenis blancos y un bolso del color del vestido para caminar al tocador y verme detalladamente. Dejé mi cabello completamente suelto y liso, usé rimel, un poco de rubor y corrector de ojeras para tapar esas pequeñas imperfecciones.

Caminé al espejo de la pared y me miré por última vez para sonreír ante el look tan llamativo que traía conmigo.
Asomé mi cabeza a la ventana y el auto de Tony ya estaba justo enfrente de la casa. Me alarmé recordando que no debía tocar el timbre o sería hombre muerto así que rápidamente tomé las llaves y bajé corriendo a la primera planta con suerte de no encontrar a Adam, para de golpe abrir la puerta principal donde ya estaba Tony con su dedo en el timbre pero sin presionarlo y con la idea de oprimirlo. Abrí mis ojos y quité su mano para sonreír en forma de saludo.

- Hola - Me miró extrañado pero igual me dedicó una linda sonrisa.

- Hola - Murmuré bajo.

- Te ves hermosa.

- Gracias tú te ves muy bien - Cuando terminé mi frase oí unos ruidos en la cocina y me alarmé.

Virgen de las abdominales

- ¿Te parece si vamos ya? - Preguntó y me cayó como anillo al dedo para yo asentir con mi cabeza en forma de respuesta. Me tomó delicadamente de la mano y salimos de casa, suspiré de forma victoriosa sabiendo que me había escapado una vez más sin su consentimiento, pero esa sonrisa se retractó cuando la puerta principal se abrió y de ella apareció un Adam en pijama que al verme abrió muchos sus ojos como si estuviera analizando si era la misma Amy Wood que cuidaba a cambio de dinero.

°Perfecto Desconocido°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora