¿Un niñero?

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Sintiéndome sin casi aire al respirar y con un fuerte dolor en mi pecho, como un instinto natural abrí mis ojos.

- ¡Cameron quita tus sucias piernas de encima! - Forcé mi voz como pude.

- No jodas Amy - Volteó su cuerpo dándome la espalda y tosí de manera inmediata expulsando el aire contenido en mis pulmones.

Mantuve mi compostura para no golpear su rubia cabeza y caminé al baño para ver mi reflejo en este. Gracias a mi madre siempre había sido muy cuidadosa al mantener mi piel limpia y sin embargo por las pocas horas de sueño gracias a mis estudios mantenía más ojeras de lo que una persona usual podría tener.

Después de tantos tratamientos costosos y sin ningún cambio llegué al punto de aceptar el vivir con ellas por el resto de mi vida, así que sin darle mucha importancia me metí en la ducha, llevaba tal vez varios minutos realmente perdí la cuenta de cuanto tiempo duré hasta que salí cuando vi como mis dedos se arrugaban por el encogimiento de los glóbulos de la sangre situados debajo mi piel debido al prolongado contacto con el agua.
Pasé al gigante armario donde muchas veces pasaba la mayor parte de mi rutina diaria buscando un nuevo outfit para estar presentable durante el día. Por opción de estar en casa y pasar el día durmiendo sólo elegí un jogger negro y una sudadera púrpura.

- Buenos días bella durmiente - Bromeé lanzandole una almohada en la cara a mi compañero de habitación.

-  ¡Fue la mejor fiesta de la temporada! - Se levantó de un salto y luego de darme un beso en la frente pasó al baño.

- Ni que lo digas, anoche bailaste con Rachel Parks - Hice una mueca al pronunciar el nombre de la chica. No éramos muy compatibles, ya habíamos tenido un par de inconvenientes muy estúpidos y simplemente dejamos de hablarnos por nuestro bienestar - Y vomitaste encima de ella - Reí cerrando la puerta del baño cuando oí el sonido de la orima chocar contra el agua que poseía retrete.

Realmente no pretendía ver sus genitales en todo su explendor

- No jodas, ¿En eserio? - Preguntó él al otro lado de la puerta, para luego reírse - Me puedo imaginar su cara de asco.

- Puedes hasta verla, porque hay un video y déjame decirte que está en tendencias - Me reí recordando aquel momento tan vergonzoso que marcaría durante toda la semana en el colegio para ella - Grandulón te espero abajo - Bajé corriendo las escaleras y me detuve en la sala frenéticamente antes de que mamá me regañara.

- Buenos días - Dediqué mi mejor sonrisa antes de que ella me obligara a hacerlo.

- Buenos días cariño - Contestó el hombre de cabello castaño detrás del gran periódico y como si estuviera leyendo mis pensamientos lo bajó para dedicarme una cálida sonrisa.

- ¿Cómo dormiste? Hasta la habitación escuché los ronquidos de Cameron - Se rió mi madre quitando sus gafas de lectura.

- Tengo dolor de cabeza, pero luego pasará - coloqué mi mano sobre mi frente - ¡Igual no bebí! - Contesté rápido antes de obtener una sentencia y una charla muy larga acerca de los efectos producidos del alcohol en el cuerpo de una adolescente.

- Hablaremos de eso más tarde - Me señaló para luego rodar sus ojos - Debemos hablar contigo.

Por mi cabeza pasaron las mil cosas que había hecho y pensé en cuales de tantas se habrían podido enterar.  Apreté mis ojos como si eso ayudara a saber telepáticamente lo que pensaban en esos momentos y sin embargo no funcionó en absoluto.

°Perfecto Desconocido°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora