Porque de elegir a alguien, te quiero a ti | Karmanami

"Solo por ti"

Karma no era amante de los niños.

Pero por Manami, puede que hiciera una excepción.

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Hace ya ocho años de ese día...

Aquella despedida...

Aquel adiós...

La muerte de Koro-sensei...

Pero en vez de recordar esa tristeza, mejor veamos cómo se encuentra la antigua clase de asesinato.

Por ejemplo Nagisa. Quien sigue como maestro de su "dulce" clase, manteniendo al fin, una, completamente confirmada, relación con Kayano.

Nakamura sigue en Inglaterra, viajando y viviendo la vida.

Kayano es una famosa actriz de cine...

Karma... Sigue en lo mismo, con una leve diferencia.

—¡Okuda!—Sonriente corrió donde la chica, quien le brindo una pequeña sonrisa, algo tímida.

—Karma-kun, hola.—Saludo tranquilamente, Karma suspiro, usar un traje todo el tiempo no era muy cómodo.

—Lamento llegar tarde.—Le sonrió, Okuda negó.

—Esta bien, también llegue algo tarde.—Afirmo, Karma sabía que la joven mentía, suspiro algo culpable.

Y allí. Allí estaba la gran diferencia de su vida.

Okuda Manami.

Su vieja "amiga".

—En compensación te invito.—Soltó el pelirrojo, Okuda mostró duda, pero ante la mirada del chico no evitó aceptar.

Luego de haber faltado a la reunión de hace un año, Karma y Manami habían, inesperadamente, congeniado en el día de ir, encontrándose en el lugar donde por primera vez habían sido aceptados.

Después de ese día, había hablado por unas semanas, pero ese podría considerarse su primera cita formal.

—¿Karma-kun?, ¿Estás bien?—Manami mostró curiosidad ante la mirada fija de Karma en ella.

—Lo siento, eres tan linda que me sentí hipnotizado.—Soltó coqueto, Okuda bufo, mostrando un leve rubor.

—¿No podrías dejar de decir eso?, enserio no cambias.—Okuda, avergonzada, cubrió un poco su rostro, sin mirar al pelirrojo, quien río divertido. La chica había cambiado, no se negaba, pero podía afirmar que aún era capaz de avergonzarla, aunque sea un poco.

—Y dime, Okuda, ¿Qué te cuenta la vida?—Cuestiono, en un tono puede que irónico. Manami bebió de su café antes de responder, pues ambos conversaban amenamente en un café cercano.

—Nada del otro mundo, puedo decir...—La de gafas suspiro ante su aburrida respuesta.—¿Y qué hay de ti Karma-kun?, No nos vemos desde hace ya años después de todo.—Le sonrió, Karma correspondió el gesto.