"La primera vez"

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La primera vez que te ví...

Enserio me moleste.

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 Karma mostró un sonoro suspiro, lleno de aburrimiento y dejes de cansancio. Era un día tedioso. El primer día de clases, acompañado por la ceremonia de ingreso de la secundaria Kunugigaoka.

Siendo su primer año, debería estar... ¿Emocionado?

—Si, como no...—Con aquella hilarante respuesta hacía sí mismo, camino calmadamente donde se suponía debía estar.

Sólo por ese día, sería un niño bueno.

Posó sus ojos en todos aquellos que pasaban a su alrededor y en uno que otro adulto que seguramente sería su futuro profesor. Tan solo analizaba en silencio.

Cuando sus ojos cobre se toparon con una azabache cabellera paro así pasos. A unos cuantos metros había una chica de rodillas en el suelo, a su alrededor otras chicas, seguramente de segundo o tercer año. No podía oírlas, pero no había que ser un genio para suponer que saldría de sus bocas. No tenía pensado ayudar. Él no era de ese modo, no estaba interesado en hacer caridad. Prefería el intercambio equivalente.

Pero...

"Sólo por hoy, sería un buen chico"

Con ese tonto pensamiento que se había dicho hace unos cuantos minutos, bufo.

—Por una vez...

Con una expresión algo molesta se acercó a la escena, algo tarde, las chicas mayores ya se habían ido de allí, aunque la azabache seguía en el suelo. Sus ojos cobre se posaron en unas gafas sin marco. De cuclillas las tomo y miro a la chica que mantenía el rostro cubierto por su largo cabello azabache, con puede que una leve tonalidad púrpura.

—¿No te molesta?—Cuestionó, la chica pareció levemente sobresaltada, aún así, no miro a Karma.—Esas chicas seguirán molestando sino haces algo.—Corto, extendiendo las gafas. La chica las tomó.

—Huh... G-Gracias...

—Tch.—Karma chasqueo la lengua.—Si vas a agradecer, mírame a la cara.—Ordeno, revolviendo su cabello, intentando no irritarse.

—A-Ah...—La azabache tembló un poco ante el tono, coloco sus gafas donde correspondía y elevó su rostro hacia Karma, mostrando así unos grandes y bellos ojos color lavanda.—M-Muchas gracias...

Pronunciando aquella corta frase, se retiró.

Karma mantuvo silencio unos segundos para luego maldecir para sí mismo. Por motivos molestos sentía un fuerte calor en su rostro.

—Maldición...

OoOo


Karma miro hacía ambos lados del pasillo. No buscaba nada. Pero si a alguien, aunque no quisiera admitirlo.

—¿Karma-kun?

—¡Nagisa-kun!—Sobresaltado volteo, encontrando al peliceleste.

—¿Pasa algo?, ¿Buscas a alguien?—Cuestionó, curioso. No era por menos, el pelirrojo llevaba mínimo 20 minutos en la puerta mirando el pasillo.

Porque de elegir a alguien, te quiero a ti | Karmanami Donde viven las historias. Descúbrelo ahora