"Ella es Mía"

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Maehara no era tonto. Al menos eso se creía.

Por lo cual, cuando se atrevió a acercarse a Okuda Manami, nadie se sorprendió por la reacción del pelirrojo más temido de la clase.

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Maehara dió un bufido aburrido. Koro-sensei tardaba en llegar e Isogai estaba con Meg hablado de quien sabe que. Este miro de reojo a la clase, ¿Con qué chica podría divertirse un rato?, Y no, con divertirse no se refería a eso.

Miro a Nakamura y negó. La chica se encontraba leyendo un libro recomendado por Bitch-sensei, la conocía lo suficiente como para saber que si la interrumpió, sus partes privadas estarían colegas en la torre de Tokio. Luego miro a Hinata, con ella podría ejercitarse, pero esta estaba con Fuwa hablando amenamente. Su vista fue en Kayano y negó, estaba con Nagisa. Su última elección y la única sola, era Okuda. No hablaba a menudo con ella, pero puede que tuvieran algo de que conversar, o también podía ayudarlo a entender Química. Matando dos pájaros de un tiro, tomo una silla vacía y se sentó frente al pupitre de Manami, tomandola desprevenida.

—¿Huh?, ¿M-Maehara-kun?—Esta tímidamente le observó. Hiroto admiro el rubor de la chica. No lo había notado, pero Okuda era bastante tierna, si quitaban su gusto por el envenenamiento, claro.

—Yaho, Okuda-chan.—Sonrio amablemente.—Perdona que te moleste, pero quería saber si me ayudabas a entender Química, yo sé que eres la mejor en eso.—Juntando ambas manos le sonrió, cerrando unos de sus ojos.

"Eres la mejor en eso"

Manami se sintió halagada. Por lo que asintió con una sonrisa.

—Claro, Maehara-kun.—Esa frase enserio ánimo a la tímida chica. Hiroto sonrió un poco.

—Okuda-chan, eres muy linda~.—Río el chico. Okuda enrojeció. Toda la clase, que los había oído, miraron con sorpresa y, ¿Temor?, Al castaño casi rubio.

—¡G-G-G-Gracias, M-M-Ma-Maehara-kun!—La pobre estaba que tiraba vapor de su nuca ante la vergüenza. Maehara no lo noto de inmediato, pero podía reconocer, luego de un largo entrenamiento, que su vida corría peligro en ese segundo.—B-Bueno... C-Comencemos, mejor...

—Ah, si, lamento si dije algo embarazoso.—Le sonrió. Okuda asintió más que sonrojada. El chico tuvo un escalofrío, miro a su alrededor por primera vez, buscando el peligro. Todos parecían nerviosos por lo que se percató. Isogai le hacia señas que de verdad no entendía, estaba confundido. Su vista fue hacia el delincuente escarlata. Akabane Karma. Este estaba en su lugar. Viéndolo, o tal vez a Manami.

Se asusto cuando los ojos cobre del pelirrojo se posaron en él. Sentía la sed de sangre. La risa de Karma lo asustó aún más. ¿Por qué se sentía como la presa de un feroz lobo?

—Esto... Maehara-kun, ¿Entendiste?—Okuda lo saco de su paranoia. Este sonrió nervioso.

—N-No, lo siento, no preste atención. Perdona, Okuda-chan.

—¡N-No hay problema!, L-Lo haré de nuevo.—Okuda en su lugar se levantó, tomo su silla y se sento junto a Hiroto, tomandolo por sorpresa.—A-Así podrías entender mejor.—Explico su acto, Hiroto fácilmente caería encantado ante chica más tierna.

—S-Si.—El muchacho sonrió un poco. Okuda le explicaba espléndidamente. Se sentía en el cielo por tener una profesora tan dulce y atenta. Dió un brinco al sentir un, ¿Tenedor?, cortar parte de su mejilla.

—¿Maehara-kun?—Okuda miro al chico quien de repente se congelo.—¿Pasa algo?

—Lo siento, Maehara-kun.—Karma con una sonrisa mordia una cuchara, parecía estar comiendo algo.—Se me resbalo~.

—N-No hay... P-Problema...—El joven trago saliva sonoramente. Esa mirada cobre del pelirrojo... Esa mirada lo estaba asesinando. Sentía que esos ojos le estaba quitando poco a poco la vida. ¿Pero por qué?, ¿Que pudo hacer para que el pelirrojo lo quisiera muerto?

—Maehara-kun.—Okuda lo llamo.—Por favor prestame atención.—Pidió, no molesta, pero si con un leve puchero. Sino fuera por Karma, el muchacho seguramente estaría encantado.

—Lo siento, Manami-chan.

Tanto la clase como Okuda mostró sorpresa y terror, lo último solo la clase.

—¿M-Manami-chan?—La muchacha enrojeció nuevamente. Un crujido hizo que Hiroto desviarse la vista. ¿En qué momento Karma logro tener esa aura tan espeluznante?—Esto...

—¡Lo siento, Okuda-chan!, me deje llevar.—Se apresuró, rascando su cabello, sin quitar los ojos de Karma. El pelirrojo seguía con una sonrisa, una diabólica.

—N-No hay problema, Maehara-kun, N-No me molesta... N-No muchos me llaman por mi nombre, así que...

—Okuda-san.—Una mano se interpuso entre Hiroto y Manami, golpeando así la mesa que ambos chicos usaban para estudiar.

—Karma-kun.—La chica miro al muchacho curiosa de aquel acto.

—Lamento molestar. Pero, Maehara-kun, ¿Puedo hablar en privado con Okuda-san?—No era una pregunta, Maehara lo sabía.

—C-Claro...—Fijo sus en la de gafas.—Gracias, Okuda-chan...—Murmuró, yendo donde Isogai.

Hiroto tomo su pecho. Demasiada tensión para él.

—Estas vivo.—Varios de la clase se acercaron al chico. Isogai lo regaño.—¡No vuelvas a hace idioteces!

—¡¿Pero qué diablos hice?!—El chico no comprendía del todo que había sucedido.

—Idiota.—Nakamura golpeó su frente.—¿No es obvio?

—Maehara-kun.—Nagisa señaló a Karma y Okuda. Este miro a ambos, ¿Okuda le estaba explicando algo?, ¿Al genio Karma?

—¿Por qué Okuda-chan...?—Hiroto quiso preguntar.

—Karma es un tonto también.—Suspiro Meg.—¿Verdad?

—¡Un grandísimo tonto!—Soltó Rio.—Karma sabe todo lo posible de química, ¿Por qué razón querría alguien clases de algo que ya sabe?—Le cuestionó a Hiroto.

—Porque la profesora está buen...—Maehara callo de golpe.—¡¿Es enserio?!

La clase entera río. Okuda y Karma seguían como si nada.

—Esas miradas son el modo en que Karma dice;—Rio y toda la clase se miraron para, a la par, soltar;

"Ella es mía"

Hiroto en su lugar los observó. Estaba aún sorprendido. ¿Akabane Karma... Interesado en una tímida chica?

—Pero son muy lindos.—Nakamura tomo fotos con su celular. La clase suspiro.

—¡De eso no hay duda!—Clamo Koro-sensei con una cámara desde el techo.—¡Sabía que el Twister daría efecto!, Aunque me sorprende que Karma-kun fuera el que cayo primero.—Río como de costumbre.

Hiroto dió un bufido. Tal vez lo mejor sería no acercarse de más a Okuda. Ni a Karma. ¡Sobre todo a Karma!

Porque de elegir a alguien, te quiero a ti | Karmanami Donde viven las historias. Descúbrelo ahora