"Llamada"

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¿Por qué de todas las personas debía ser él?

¿Acaso ella no entendía sus sentimientos?

—Enserio me gusta...

Que fastidio.

.

.

.


Karma golpeaba fuertemente su dedo índice contra la mesa en un ritmo seguido. Estaba irritado y eso lograba, muy levemente, calmarlo.

¿Razón de su enojo?

Aquello tenía tanto nombre como apellido, y esos eran Okuda Manami.

Si, estaba irritado por aquella maniática de todo lo científico en el mundo.

¡Y no era por menos!

Al menos para él.

—Lamento hacerte esperar, Karma-kun, Takeru-kun tuvo unos problemas y debí ayudarlo.—Hablo la joven de gafas.

Karma sonrió.

—No hay problema, Manami, apenas llegué.

—Que alivio.—Se notaba como la azabache se relajaba, tomando asiento frente al pelirrojo para así tomar aire, abriendo un poco su blusa por el calor y así pedir un café al camarero.

No se confundan. El Akabane no estaba molesto por el retraso de la joven, eso no le importaba, más bien, era otro el inconveniente.

—Sabes, el nuevo practicante, Takeru-kun, es bastante torpe, pero tierno, así que por favor no te enfades con el por demorar.—Aunque Okuda lo dijera con toda la inocencia que un adulto de su edad posee, Karma lo sintió como un golpe profundo en su interior.

Más precisamente en sus celos reprimidos.

—No hay problema, es parte de tu trabajo.—El pelirrojo dió una sonrisa encantadora, Okuda correspondió el gesto.

—Gracias por la comprensión, pero, dime, ¿Qué tal todo, Karma-kun?

Y allí comenzaba otro viernes por la noche para ambos buenos amigos.

Karma aún se sentía molesto consigo por no haber dado el primer golpe, pero luego de tantos años de amistad, y lograr tal confianza con Okuda, era arriesgado atacar en ese momento.

"Nunca es el segundo adecuado"

A pesar de la sonrisa del pelirrojo, se sentía como un gran mentiroso con la de gafas.

—Y cómo va todo con... Akita-san.—Logro pronunciar, sin escupir aquel nombre.

—Eh... P-Pues...—La azabache desvío la mirada sonrojada, Karma apretó sus manos con enojo, aunque nadie se podría percatar.—Ya no me gusta.

—Ya veo...—Luego de esa breve palabra y procesar un poco lo dicho por Okuda, Karma quiso bailar.—Perdona, pero, ¿Qué?

—Bueno... Me di cuenta de que enrealidad no me gustaba tanto, solo lo veo como un amigo, y...—Karma aguanto sonreír, tuvo que pasar meses oyendo hablar de ese bastardo, así que se sentía mejor que nunca.—Puede que me guste alguien más.

Vaya, vaya, de la felicidad al homicidio solo hay un paso...

¿O era el odio y el amor?, De todos modos, Karma no evitó no dar comentario.

—Supongo suena algo rápido, pero... Creo que es el indicado.—Sonrío, apenada.

—Me alegra saberlo.—El Akabane se sentía en la miseria ante sonrisa más brillante.—¿Se lo dirás?

Porque de elegir a alguien, te quiero a ti | Karmanami Donde viven las historias. Descúbrelo ahora