Porque de elegir a alguien, te quiero a ti | Karmanami

"Se vale soñar"

Manami quería como sea quedar bien de nuevo con Karma.

¡Pero esto era demasiado!

¡Maldito pulpo raro!

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Manami soltó un suspiro. Karma no se había presentado en la segunda hora de clases. Por lo que, con permiso para ir al baño, salió del salón.

—Karma-kun...-—Con pesadez murmuró ese nombre. De verdad, ¿Cuanto le costaba al chico presentarse a las clases?, Si, era un genio, pero debía respetar las normas. Y ella había aprendido a lidiar con el desde el comienzo de la escuela, y antes.

—Okuda-san, pero que visita tan poco grata.—La sonrisa sarcástica de Karma la hizo suspirar.

—Akabane-kun... Debes volver a la clase.

—Sabes que odio Japonés.

—No es de odiar o querer.—Manami suspiro, tomando su cien.—Debes seguir las reglas.

—Tengo buenas notas, ¿Para que ir sí de todos modos pasaré?—Karma tenía un punto. Okuda quiso gruñir.

—Antes no habían problemas...—Murmuro, la risa irónica de Karma la alertó de peligro.

—Antes era todo diferente, antes era un idiota, antes era aburrido, antes era falso.—Karma se levantó. Okuda lo detuvo, tomadolo por el brazo.

—¡El antes no era malo, Karma-kun!

—Okuda-san.—La mirada cobre alertó a Manami de soltarlo.—Ya no somos los niños de antes, así que, no me llames así.

—Lo siento... Akabane-kun...

—Me iré.—Karma suspiro.—Tu deberías hacer igual... Manami.

Okuda suspiro, otra vez.

¿Por qué pasaba esto?, ¿Dónde estaba el malicioso, pero tierno, pelirrojo de hace ya años?

Okuda respiro con pesadez. Recuerdos vagos venían a su mente. Nunca muy específicos, pero con gran significado.

—Karma-kun...

OoOo

Okuda se recostó en su cama, pensando. Más específicamente en Karma.

—Ojala pudieras comprender...—Murmuro con dolor. El pelirrojo la odiaba. Y a pesar de los años...

Seguía preguntándose el porque.

—¡Nufufufu!, ¡Yo podría ayudarte con eso, pequeña dama!

—¿Eh?—Okuda miro a un pulpo vestido de hada. Pasaron unos segundos cuando está reaccionó.—¡¿Q-Qué eres?!, ¡¿Q-Qué haces aquí?!—Con miedo lanzó almohadas al pulpo, quien velozmente las esquivo.

—¡E-Espera, soy un hada mágica!

—¡P-Pareces un pulpo!—Okuda tomo como arma otra almohada.