Martes 30 de Septiembre 2:53 am.
Venga, me siento muy bien, los dolores de mi cabeza dejaron de atosigarme hace unos minutos, mi movilidad es plena nuevamente.
El cuervo se posa en mi hombro y pica dos veces mi hombro, deja de hacerlo por un momento y lo repite, dos, dos, ¿Qué querrá decir el dos? ¿Tendré solo dos horas para cumplir la misión o solo dos horas dura el efecto de esta pequeña dosis? Sea lo que sea tendré que apresurarme.
—Muéstrame la luz —le dije al cuervo, éste de inmediato hecho al vuelo con un "crow".
Lo seguí discretamente, trataba de evitar que los militares me vieran y si me veían actuaba normal, no los miraba solo pasaba de ellos y me recostaba en alguna camilla libre o me colocaba alado de unos pacientes y empezaba a hablar con ellos, les daba palabras de aliento.
Después de un rato llegué hasta una zona más apartada, era un edificio muy bien custodiado, creo que era una prisión o al menos a eso tenía forma, no me di cuenta que ya había recorrido un largo trecho.
La cárcel estaba casi al centro de todo el campamento con murallas de piedra, no sé cuánto abarqué del campamento, de hecho, no sé si sea la misma ciudad. Se ve más destrozada, o por lo menos la cárcel tiene pintas de un enfrentamiento, aunque no veo aquí cuerpos de Infectados o Evolucionados.
Todo es muy extraño, el cuervo se vuelve a posar en mi hombro, me incomoda que lo haga, no quiero que luego me muerda la oreja o algo parecido.
Hay dos militares en la entrada, están rectos mirando hacia el frente, no puedo entrar sin que ellos me vean, necesito pensar. ¿Que podría hacer? Después de un rato de pensarlo decidí que lo más cuerdo era saltar por las rejas a expensas de ser vista y tiroteada ahí mismo, o la otra, buscar algún uniforme militar y entrar.
El cuervo sobre volaba la zona, iba de un lado a otro, pero nunca entró ni salió de alguna construcción, solo las miraba y se iba, volvió a llamarme y entre unos arbustos estaba una caja negra bastante dura.
No sé qué tendrá este pajarraco, pero es muy listo, incluso con su pico ingreso el código de la caja, esto no es normal, me veía con su ojo de cristal prepotente a que abriera la caja.
En su interior estaba un traje parecido a los de los Black Leber, tenía más de un walkie talkie, un casco muy similar al de los de Black Leber.
No tuve tiempo de cambiarme, me puse todo encima, la gruesa tela negra con la coraza como chaleco que hace rebotar las balas, guantes que solo cubren mis palmas dejando libre la mitad de mis dedos y una gruesa capa de metal en los nudillos; las botas con algunos compartimentos para armas escondidas, una pequeña pistola y el casco con la mascarilla de lentillas y la máscara de gas.
Me giraba para comprobar que mi visión fuera legible y comprobé que las lentillas funcionan de dos modos, la primera es la visibilidad normal, aunque juraría que pudiera ver mejor que cualquier otro lente, y la segunda es visión de sensores de calor; mi visión pasa a ser completamente azul para disipar humo y las personas generan calor de un brillo blanquizco.
Había una nota en la caja, rezaba así:
"Ten cerca a tus amigos, pero ten aún más cerca a tus enemigos, aprende su manera de pensar y cuando actúen, reacciona; utiliza la placa para entrar, libera a nuestras aves de sus jaulas"
La coraza era bastante ligera a pesar de verse dura y tosca lo que no dejaba responder muy bien con los movimientos y me estorba a la hora de girar rápido, tal vez sea porque no estoy acostumbrada a este tipo de equipamiento.
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Diarios de Guerra I : Sobrevivir © [Completa, Re-Editanto] Gracias Jeffs
Science Fiction"Querido diario, están cerca, arrastran sus pies putrefactos en coro, los escucho susurrar en la penumbra. ¿En qué momento, en qué fecha, a qué hora... la humanidad se fue al carajo?" Mi nombre es Elizabeth Mercer, fui una enfermera que se dedicó a...