Martes 30 de Septiembre 3:43 am.
K, así me dijo que lo llamase pues me dijo que al ver mi rostro no podría revelarme su nombre de Libertador.
Él presume ser un miembro muy importante de los libertadores y por lo que observé hace unos momentos es muy veloz y ágil en sus movimientos.
En mi plan su trabajo es matar a los soldados para liberar a todas las personas que él crea necesarias. Yo me encargaré de los soldados que sean alarmados, solo debo recordar esa sensación que sentí en la ciudad. Usaré muy bien estos últimos minutos antes de caer... volaremos juntos.
┗━━━━━━━・✾・━━━━━━━┛
Y así fue como empezó, nos situamos en el segundo piso, abordamos un pasillo con tres soldados. K se adentró hasta estar debajo de la cámara, espió un poco las celdas mientras avanzaba erguido, yo lo esperé atenta a todo ruido y movimiento.
Los nervios me volvían a dominar, mis músculos volvían a vibrar y el sudor de mi frente bajaba hasta remojar mis cejas. Todo se decidiría aquí, un sonido estruendoso hizo eco por todo el pasillo y los de junto, K le disparó a la cámara, los soldados lo miraron intrigados, justo al voltearse K les bañó con balas sus pechos, tardaron en caer por las duras corazas hasta que una bala perforó su cuello.
Estuvieron por dispararle, pero yo de igual modo arremetí contra ellos. Cayeron de inmediato, jamás esperaron esto, no estaban preparados, no sentían el deseo de vivir, no... ellos no eran como nosotros.
K de inmediato les quitó sus llaves y mientras algunos soldados empezaban a venir por los pasillos yo los esperaba resguardada, apenas avistaba uno apretaba el gatillo con fuerza, no podía disparar al pecho, no les sucedía nada en lo absoluto si lo hacía.
Disparar al casco era difícil puesto que las balas no eran del grosor suficiente como para penetrarlo; solo quedaba dispararles por las piernas o al cuello. Las balas chocaban con tal furia en las paredes que de inmediato ya teníamos a todos los soldados de la planta en nuestra ubicación.
Empezaron a salir los rehenes, tomaban las armas de los caídos y giraban con sus cuerpos moribundos para unirse a la batalla, usaban de escudo a los soldados caídos, algunos pudieron quitarles las corazas. Me vi frente a un batallón de seis personas, K ya no estaba, él se abrió paso por los pasillos de al lado y liberar a los demás disparando las cerraduras.
Estos hombres, los reos, eran de ojo rápido pero sus cuerpos no podían competir con las corazas del enemigo, iban cayendo rápido, algunos que se adelantaron fueron emboscados y asesinados a mano limpia por los Leber.
Rápidamente esto se volvió un caos, quedábamos menos, nueve, caen dos más, siete, me veo arrinconada, cinco, estamos retrocediendo, tres, ¿dónde demonios está K?...
—¡Coman mierda hijos de puta! —escuché una voz por detrás de los soldados.
Y así como así, los soldados iban cayendo como moscas, uno a uno, dos a dos, tuve que lanzarme a una celda para poder evitar la nube de acero que se azotaba bruscamente en las paredes.
Pude asomar un poco la cabeza, era K, con muchos hombres armados con chalecos puestos. Todos estaban acabando rápidamente con los Black Leber, escuché a unos pedir refuerzos, vendría todo el pelotón, no tendríamos ninguna oportunidad de sobrevivir.
Salí, pese a todo y disparé, cada uno de mis disparos fue certero y en el blanco, usaba los cuerpos que iban cayendo a mi lado para cubrirme o evitar algún ataque cuerpo a cuerpo.
ESTÁS LEYENDO
Diarios de Guerra I : Sobrevivir © [Completa, Re-Editanto] Gracias Jeffs
Science Fiction"Querido diario, están cerca, arrastran sus pies putrefactos en coro, los escucho susurrar en la penumbra. ¿En qué momento, en qué fecha, a qué hora... la humanidad se fue al carajo?" Mi nombre es Elizabeth Mercer, fui una enfermera que se dedicó a...