Martes 30 de Septiembre Hora desconocida
Una terrible resaca me taladraba el cráneo, me punzaba la cabeza y por un momento vi doble; incluso los gemelos tenían otros gemelos.
La poca luz que entraba era suficiente para despertar en mí la terrible migraña que sentía. Llevé mi mano a la cabeza y me alegré que esta por fin me responda, poco a poco recuperé la movilidad casi plena de mis extremidades, aunque levantarme despertó horribles punzadas en mi espina, por el efecto secundario o porque he dormido en una posición incómoda.
-Elizabeth, Elizabeth despierta. Intenta no mostrar dolor ante los soldados, no pueden sospechar nada de ti -me dice Andoni alterado mientras me seca el sudor en mi frente.
-¡Eh!, abre maldito -gritó Michelle cuando el piloto baja del helicóptero dejándonos encerrados.
-Despierten a Dante, necesitamos estar todos juntos -ordenó Alexander mientras ayudaba a reincorporar a mi madre.
-Yo lo haré -dice Wendy, sus ojos están rojos e hinchados, parece que lloró toda la noche.
Dante parece somnoliento, se tambalea como si estuviera ebrio y se sostiene torpemente de lo que puede. ¿Cuánto tiempo lleva sin adrenalina? Según K, para que Dante sobreviviera sin comida y que los Nanobots no lo mataran fue suministrado varias veces con la adrenalina. Talvez tenga peores alucinaciones que las mías.
Quisiera ayudarlo, quisiera besarlo, quisiera estrecharlo entre mis brazos y decirle que todo saldrá bien... pero ya me cansé de mentir, nada saldrá bien.
Tengo que apoyarme en el hombro de Merlina para poder mantener el equilibrio. Merlina me vuelve a colocar el casco y Dante hace lo mismo, "somos Black Leber" tengo que repetirlo varias veces para creérmelo.
Siento que las vendas se han pegado a mi piel, la sangre se ha secado y dolerá mucho quitármelas; tengo que aguantar hasta llegar a un hospital.
A nuestras espaldas los soldados parecen molestos, claro que lo están. Los miro por los cristales y hacen señas para ordenar que abran la puerta y súbitamente lo hacen.
-¡Todos fuera! -gritó una voz femenina y un brazo comenzó a jalarnos fuera del helicóptero-. ¡¿Qué tenemos aquí, soldado?! -preguntó quién parece ser la jefa.
-Civiles, señor, fueron rescatados por dos de nuestros soldados antes del bombardeo -el piloto nos miraba con suspicacia mientras pronunciaba estas palabras-. Fue una masacre.
-Yo determinaré eso soldado, descanse -dio un paso hacia nosotros-. ¡Repórtese!
La mujer se quitó el casco dejando a relucir una cara larga, nariz aguileña y los pómulos caídos. Parece ser vieja pero su mirada está llena de vida, tiene los ojos negros y su cabello es rojo cobrizo, aunque se pueden distinguir algunas canas tras esa melena roja.
-¡Dije repórtese! Solado -agregó impaciente frunciendo los labios.
-Anthony Barnz, científico de la base 43 beta, señor -alzó la voz Anthony a mis espaldas y se coloca por delante, le tiemblan las piernas, pero intenta aparentarlo.
-¿43 beta? -sonrió al pronunciar esas palabras-. Entiendo... soldado, lleve a nuestros invitados, pónganlos cómodos -sus palabras salían como veneno de su boca.
-¡Si, señor! -se acercan varios militares de verde y nos empujan con la punta de sus armas.
Empezamos a movernos y mi respiración es cortada, siento un hormigueo a la mitad del cuerpo y el sudor de mis manos es tal que tengo que limpiarlas constantemente en mi pantalón.
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Diarios de Guerra I : Sobrevivir © [Completa, Re-Editanto] Gracias Jeffs
Science Fiction"Querido diario, están cerca, arrastran sus pies putrefactos en coro, los escucho susurrar en la penumbra. ¿En qué momento, en qué fecha, a qué hora... la humanidad se fue al carajo?" Mi nombre es Elizabeth Mercer, fui una enfermera que se dedicó a...