Sobrevivir

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CAPITULO XIV: SOBREVIVIR

Fecha desconocida. Hora desconocida.

Todo el mundo cree en sus metas. Todo el mundo cree en sus sueños. Es cierto. Se levantan a la misma hora, hacen las mismas cosas, juegan a la vida normal. ¿Pero realmente la entienden?

—¿Cómo se encuentra?

Todos y cada uno de nosotros juega a un juego que no comprende. Seguimos la ola que nos arrastra sin preguntarnos ¿por qué? ¿Por qué debo hacer lo que hacen los demás? Que alguien me diga que tiene de interesante esa vida, ¿Por qué debo de pagar por algo que la naturaleza nos brinda?

—Eli, por favor, despierta.

Todos somos arrastrados con ferocidad hacia un abismo de monotonía. ¡Vives para morir! Vives porque te da miedo morir. Ya lo he dicho antes, la melancolía, la monotonía y el deseo de alcanzar algo tan relativo como la felicidad, eso, eso es lo que te mata día con día.

—¿Qué demonios ha pasado allá afuera?

Entonces... ¿por qué debería sobrevivir? Hoy soy Elizabeth Mercer, fui una enfermera que se dedicó a atender a gente que me necesitaba todos los días. Soy Elizabeth Mercer, un soldado que se dedica a matar a toda la gente que la necesitaba. Fui, una mujer amada, por un hombre honrado y trabajador, un líder, un niño, podría decir que mi alma gemela. Hoy soy una mujer desdichada, sin amor, sin calor...

—Perdóname... Elizabeth.

Si alguien me escucha, por un demonio, que me diga ¿porque tengo que sobrevivir? ¿Esperanza? ¿Valor? Tal vez no quede nada de eso en un mundo tan podrido como este.

Tal vez nunca encuentre la respuesta a ese dilema. Tal vez sea nuestra naturaleza, intentar adaptarse, aunque eso nos lleve a la extinción. Soy Elizabeth Mercer, una persona que intenta desesperadamente aferrarse a lo que le queda de vida. ¿Por qué? Eso tu dímelo, he llegado a aquí, estoy aquí, este no es el final. Tampoco fue el comienzo, esta es una historia más, una historia que narro en un pequeño diario hace más de seis meses.

—No puedes dejarnos, no tú, mi niña. Por favor.

Yo tenía una vida normal como tú, tenía sueños, esperanzas, ilusiones. Tenía proyectos, ambiciones, tenía una vida normal... claro. ¿Qué es lo que me queda ahora?

Allá afuera hay muchísimas vidas mucho más interesantes que la mía. ¿Por qué te quedas aquí? ¿Es que acaso piensas que soy... especial? Este es un pequeño diario, un pequeño pedazo de mi vida. De una vida comparada a un granito de arena.

He pasado, por tanto, he llorado y perdido tanto. ¿Qué harías tu en mi lugar? ¿Nada? ¿Todo? Eso no importa, ¿sabes lo único que importa?

—¿Por qué no solo te mueres y ya?

Esa gente me ha golpeado, me ha humillado, me ha destrozado en cuerpo y alma. A veces quisiera rendirme, a veces quisiera dejar de luchar. He estado al borde de la muerte por mis propios medios, lo acepto. No soy tan fuerte, no soy sagaz ni astuta. Solo tengo una cosa ¿sabes que es?

—Está en un estado crítico. Su cuerpo no resistirá.

—La necesito con vida, es una orden.

Deseo...

Deseo de volver a ver, de volver a respirar, de volver a añorar algo. Este mundo me ha quitado todo, menos el deseo. Porque eso es lo que mantiene vivas a las personas, porque eso da lugar a muchísimas cosas. No deseo salvar el mundo, el mundo no meceré ser salvado desde el momento en que dejó que todo esto pasara.

Diarios de Guerra I :  Sobrevivir © [Completa, Re-Editanto] Gracias JeffsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora