Capítulo 12

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—¿Entonces no te quedas a cenar? —preguntó Marichelo.

—No mamá, tengo que ir al antro. Aparte ya comí, no te preocupes.

—Any, si ya tienes otro trabajo, ¿por qué tienes que seguír ahí? Tu sabes que estar ahí es muy peligroso...

—Mamá no puedo salirme, tengo un contrato y lo sabes bien.

—¿Pero no hay una forma de deshacer ese contrato?

—Como quisiera que hubiera una forma pero no —dijo triste—. Pero ya ni modo. Mamá me tengo que ir, ya sabes que si necesitas algo me hablas, no porque este trabajando no me hables.

—Si Any, vete con cuidado —dijo y Anahí se acercó a darle un beso.

—¡Adiós Tysha, nos vemos mas tarde! —dijo y tomó sus cosas y se fue.

Tomo un camión y llegó casi en media hora al antro, el tiempo justo para no recibir ninguna queja por parte de Don Manuel.
Fue directo a camerino para arreglarse y ahí ya estaban Christian y Dulce, a ambos los saludó muy alegremente.

—Friends, ¿cómo están? Hace mucho tiempo que no los veo —dijo Anahí y los despeinó jugando, ellos la miraron raro.

—Any, ¿te sientes bien? Ayer te vimos —dijo Dulce y rieron.

—Yo te vi hoy en la mañana wera —dijo Christian—. Pero no te vi tan contentita como ahora, ¡¿no me digas que regresaste con Rodrigo?! —preguntó enojado.

—¡Ay no! ¡Claro que no! —dijo Anahí rapidamente—. A mi no me pasa nada, ¿por qué dicen?

—¡Y yo me chupo el dedo! Cuentanos Anahí Giovanna, pareces niña con juguete nuevo y queremos saber que pasa —dijo Dulce.

—¡Ash! A ustedes no se los puedo ocultar —dijo Anahí y suspiró—. ¿Ustedes creen que está mal volver a enamorarse? Mas que antes o no, mejor dicho, por primera vez.

—A ver, a ver... ¡¿Estas enamorada?! —preguntó Christian alarmado e hizo como si se desmayara.

—¡Yo quiero saber quien es! —dijo Dulce.

—Recuerdan que les hable de mi jefe...

—¿¡Estas enamorada de el tal Alfonso Herrera!? —gritó Christian interrumpiendola y llamando la atención de todas en el camerino.

—¡Felicidades amiga! —Dulce abrazó a Anahí.

—¿Pero eso no es todo, verdad? Hay más —Intuyó Christián y Anahí asintió.

—Hoy fuí a su casa de nuevo para decirle toda la verdad...

—¿Y se la dijiste? —preguntó Dulce.

—No, no pude —agachó la mirada.

—Tal vez no sea el momento, pero mas adelante le podrás decir, no te desanimes flaca —dijo Christian y la abrazó.

—Aparte, ni que tuviera nada de malo bailar, ni tu los tocas ni ellos a ti. Los que te concemos sabemos bien que tu trabajo es muy honesto y honrado —dijo Dulce.

—Pero yo no soy honesta...

—Ya no te atormentes y mejor siguenos contando.

—Bien... —suspiró— Bueno, yo hoy fuí y lo ví tan guapo, si tenía dudas, se desaparecieron con solo volver a verlo. También sentí celos porque ahí estaba una mujer, se llama Diana, y estoy segura que se muere por Alfonso. Pero Ana Paula su hija me dice que el ni la pela, pero no sé, ella no me da buena espína.

—Pues si dice que se muere por el, pero el no por ella, no creo que haya de que preocuparse —dijo Dulce.

—Bueno, les sigo contando... Hubo un ajetreo porque el me llevó a comer pero se suponía que solo llevaría a su hija pero cuando me vió ahí me invitó, y la tal Diana se invitó sola pero al final no fue porque Ana Paula la hizo quedarse en casa, pero estoy segura que lo hizo a propósito por mi, para que solo Alfonso y yo fueramos a comer.

Doble Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora