Doble Vida.

Capítulo 32

Maratón 3/3

—¿Anahí embarazada? —preguntó en estado de shock.

Se levantó rapidamente del asiento de la mesa de la sala de juntas. Todos se levantaron junto con él, les hizo un gesto con la mano para que volvieran a sentarse.

—¡Sí papá! Me dice que.. ¿Tuviste un desmayo? Sí, se desmayó, vomitó esta mañana y tiene nauseas. Sangró un poquito pero no sabemos si sea su periodo o qué.

—¡Pero que sangre es peligroso! —se llevó las yemas de los dedos al puente de la nariz— ¿Estás segura de todo lo que me estás diciendo?

—¡Claro que sí! Y... ¡Anahí! —gritó en la llamada.

—¡¿Qué pasó?! —preguntó alarmado.

—Nada, que Anahí tuvo nauseas de nuevo y está en el baño y tengo que ir con ella... Adiós papá.

—¡No, espera! —la detuvo antes de que colgase— ¿Dónde están?

—En la casa de su amiga Dulce.

—¿Dónde es?

—Te mando la ubicación.

—De acuerdo, voy para allá —dijo y colgó.

Todos en la sala de juntas lo miraban sin saber que hacer.

—¿Continuamos señor? —preguntó quien estaba al mando de la junta.

—Lo siento, la junta queda pospuesta para otro día. Me tengo que ir —salió directo a la casa de Dulce.

...

—¿Por qué le dijiste todo eso Ana Paula? —preguntó molesta Anahí, mientras ésta solo se alzo de hombros.

—¡Anahí, si estás embarazada mi papá tiene que saberlo!

—Claro que sí, pero yo en realidad no sé si estoy embarazada, las nauseas pueden ser por la fiebren y por el desmayo, Pablo me dijo que se me había bajado la presión.

—¿Pablo? —preguntó confundida.

—Es que así se llama el doctor.

—¿Y no te da alegría ser madre? ¿Tener un bebé?

—¡Claro que sí! Si ha sido mi sueño, pero no sería bueno bajo las sircunstancias en la que estamos tu padre y yo... No creo que le encantaría la idea.

—¡Por Dios Anahí! Claro que sí, amaría ser padre y más si el hijo es de la persona que ama.

—Si mamita pero... También soy la persona que lo traicionó.

—Podrán hablar, ya lo verás.

—¿Por qué?

—Viene para acá.

—¡¿Qué?! —dijo alarmada mientras se acomodaba el cabello para que no se le viera tan despeinado, haciendo reír a Ana Paula.

Siguieron platicando y conversando hasta que llegó Dulce con la prueba.

—Aquí traigo la prueba y me encontre a Christian apenas en la farmacia —se asomó a la puerta y corrió a abrazarla.

—Wera, ¿tú con un werito? —le preguntó emocionado y Anahí sólo sonrió levemente.

—Bueno y también nos encontramos en el camino a... Pase —indicó Dulce.

Alfonso se abrió paso y Anahí lo vió con los ojos bien abiertos.