Doble Vida.

Capítulo 41 - Penultimo Capítulo

Maratón 2/2

Cuando salieron de la delegación, fueron en camino a un centro comercial, porque decidieron comprar cosas para el bebé y comer algo.

Pasaron un rato ahí, hasta que Alfonso recibió la llamada de su doctor Fernando, indicándole cuando sería la cita para el chequeo de Anahí y el ultrasonido.

—Esta bien, gracias Fernando —dijo Alfonso en una llamada y posteriormente colgó.

—¿Y qué te dijo? —preguntó ansiosa Anahí en cuanto termino la llamada.

—Que mañana en la mañana tenemos la cita —dijo y Anahí lo abrazó emocionada.

—¡Ya quiero conocerlo! ¿Tú crees que se pueda saber qué es?

—Depende de las semanas que tenga nuestro hijo.

—O hija... —añadió Anahí— ¿Qué quiéres que sea?

—No lo sé. Tal vez una niña, que sea igual de hermosa que su mamá —besó su sien.

—O un niño, igual de guapo que su papá —dijo y le guiñó un ojo haciéndolo carcajearse— ¿Y si tenemos mellizos? —dijo con sorpresa considerando esa opción.

—Anahí, no vamos a tener mellizos —rió ante su reacción.

—Puede pasar, ¿o acaso viste las fotos de la ecografía que el doctor te iba a mostrar? —éste nego.

—No, pero el doctor no me hablo de mellizos ni de trillizos, ni mucho menos.

—Bueno, ¿y si lo intentamos? —susurró en su oido y rió pícaramente.

—¡Anahí! —negó divertido— Aún falta que nazca el bebé.

—Ya lo sé —rió. Fueron caminando por todo el centro comercial y se encontraron frente a unos espejos. Anahí se puso de lado y se observó el abdomen.

A pesar de estar llena de ilusión, logró observar que en realidad si tenía un pequeño bultito que estaba comenzando a crecer, Alfonso también lo notó.

—Pronto formaremos una familia, ¿puedes creerlo? —la abrazó por detrás, colocando sus manos en su vientre.

—Ya somos una familia Poncho —corrigió. Se volvió a él para mirarlo de frente. —Tal vez Ana Paula no me vaya a considerar como una madre, pero si sabe que yo la amo como si fuera una hija. Con eso para mi somos más que una familia.. Tú, ella, nuestro bebé y yo.

—Pero si ella te ama como si fueras su mamá, lo noté desde el instante que se fueron haciendo amigas —sonrió, haciéndola sonreír a ella—. Y eso es algo que te agradezco demasiado Any.

—Y yo haberme cruzado en mi camino a ustedes, fue lo mejor que me pudo haber pasado en la vida.

—Y encontrarnos contigo fue lo mejor que nos pasó a nosotros... Nos vamos a casar, que por cierto... ¿Cuándo quieres que nos casemos?

—Te confieso que no había pensado en la fecha  —soltó una risita.

—Ni yo —rió—. Pensé en los lugares, en los salones, hasta en la Luna de miel...

—Claro, eso no se te escapa —rió refiriendose a lo ultimo.

—Pensé en todo, menos en la fecha.

—¿Cuándo quiéres que sea?

—Mañana —dijo bromeando.

—¡Ay, cómo crees! No tan pronto.