Capítulo 10

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¡Papá es que ya te tardaste mucho en ese viaje! —dijo Ana Paula enojada en la llamada.

No puedo regresar hoy, pero en un par de días estaré en México. Necesito cerrar el trato con los socios —dijo Alfonso en la llamada y como si supiera lo que hacía—. Deja de rodar los ojos.

—Ay papá, ¡pues no deseo que te la pases bien porque yo me la estoy pasando terrible! Y Valentina tu secretaria no hace nada, se la pasa tragando y pidiendole comida a Lupita ¡Ya despidela!

—No puedo, ya despedí a dos en estas semanas y a Valentina no puedo correrla hasta que llegue.

—¡Dijiste que buscarías a Anahí y no lo hiciste!

¡Claro que lo hice! Cuando la fuí a buscar no estaba en la casa donde hace tiempo Peter llevo a su mamá, y su número lo cambió. Parece que la tragó la tierra... —dijo triste y Ana Paula se percató.

¿Sabes qué? No estoy de humor, adiós papá, luego hablamos —dijo y colgó.

—Todo es mi culpa —se reprendió a si misma.

Porque si hubiera escuchado a Anahí, si la hubiera dejado hablar, si hubiera dejado de ser un poco menos egoísta y pararse a pensar por la situación que estaría pasando, otra cosa sería.

Ana Paula estaba recostada en su cama pensando profundamente.

Anahí era un ángel conmigo, ya su pasado no me importa, lo que me importa es ella y ayudarla con lo de su madre. Lo que haya hecho antes pues no me da el derecho de juzgarla y menos si no conozco su versión de la historia y no la de su novio, que nada caballero se veía con ella.

Tampoco me puse a pensar lo que mi papá sentía, cuando Anahí no volvió se desilusionó mucho, y más cuando la buscó y no la pudo encontrar.

Y para colmo, tuvo que pasar más tiempo en la empresa que en la casa, porque hubo más trabajo con la ida de Anahí.

Y la idea de que se pasara todo el tiempo allá le agradaba mucho a alguien, ¿y quién era? obviamente estoy hablando de la ínsipida de Diana Vázquez, la mujer que se muere por mi papá pero que el ni en el mundo la hace.
Pasaban la mayor parte del tiempo juntos, ella parecía chicle mal pegado y la causante de todo eso soy yo.

—Ya no puedo con todo esto —se dijo a si misma, se levantó de la cama, se puso los zapatos y salió disparada abajo, directo con Peter— ¡Peter! ¡Necesito salir! —gritó porque no lo veía por ningún lado.

—¿A dónde va señorita Ana Paula? —preguntó la secretaría Valentina, que vino desde la biblioteca porque escuchó los gritos.

—¿No tiene algo mejor que hacer? —preguntó Ana Paula rodando los ojos.

—Sí, pero como quiero pedirle un aumento a su padre pues quiero ser mas eficiente con mi trabajo, diciendo lo que su hija hace y cuidarla.

—¿Mas eficiente? —preguntó íronica— Mire, yo creo que usted lo que debería de hacer es ponerse a trabajar y no estar metiendose en lo que no le importa. En vez de estar pidiendo aumentos a la primera semana de estar trabajando aquí, debería pedir que no la despidan.

—¿Perdón? ¿despedirme a mi? —pteguntó confundida.

—¡Peter, que bueno que llegaste! —dijo emocionada— Necesito que me lleves a un lugar, vamonos.

—¡Pero señorita Ana Paula!

—Adiós ruquita —dijo en burla y se fue rapido de ahí, dejando más que enojada a la secretaría Valentina.

Doble Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora