Capítulo 18

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—No lo sabe, ¿cierto? —Anahí solo gachó la mirada. Christopher había acertado.

No lo podía creer.

—De verdad, no puedo creerlo —dijo sorprendido. Anahí quería salir corriendo—. Lo que haces es...

—Sí, es terrible, lo sé —dijo interrumpiéndolo—. Pero...

—No, creo que no me dejas termi...

—Sí, se que está muy mal visto, que no merezco trabajar con tu hermano...

—No, espérate.

—Y sé que es un antro de mala muerte, pero...

—¡Basta! —gritó levemente para que Anahí se detuviera. Ésta al fin lo miró a la cara con los ojos bien abiertos.

Lindos ojos azules, era lo único que pensaba Christopher.

—Lo siento —dijo Anahí apenada.

—Primero que nada, quiero que me cuentes quién eres, pero yo te cuento primero. Soy Christopher, el hermano de Alfonso, tal vez no me conoscas porque casi nunca vengo a México y ni me quedo por tanto tiempo en algún lugar, soy un alma libre —dijo y rió, Anahí escuchaba atenta, pero estaba algo incómoda ante la situación.

Me acaba de descubrir en la mentira y el actúa como si nada, ¿que le pasa? En sus pensamientos, Anahí.

—Pero yo vivo, o la mayoría de mis cosas están en Argentina —continuó—. Uno de los motivos por los que siempre viajo, a parte de conocer muchos lugares, es porque amo tomar fotos, soy fotográfo y trato de tomarle fotos a todos los lugares que pueda. Me gusta conocer gente, más si esa gente es tan bonita —dijo refiriéndose a ella, pero Anahí no se dió cuenta—. Soy el bichito raro de la familia, mis padres son tan correctos, ellos esperaban que siguiera los pasos de mi hermano para apoyar a la empresa pero no, prefiero mil veces hacer lo que me gusta.

Anahí asintió algo sorprendida de que le contara todas estás cosas, pero se preguntaba, ¿cuál era la cuestión de todo?

—¿Y tú? Cuentame de ti —dijo Christopher.

—¿De mi? —preguntó lo obvio.

—Si, quiero saber. Bueno, si no te molesta...

—Eh.. No, pero... —tibuteó sin saber que decir— Quieres que te hable sobre mi otro trabajo, ¿cierto?

—No te voy a decir que no tengo curiosidad de saber por qué trabajas ahí, porque te estaría mentiendo. Pero ya después me explicas, primero quiero saber de ti.

—¿Cómo qué?

—No sé, yo ya te hable de mi, puedes darte una idea.

—Uhm, esta bien... —miró hacia el techo como si eso le diera alguna idea— Bien, yo soy Anahí, trabajo como secretaría aquí desde hace ya unos meses, no terminé la universidad y...

—¿No terminaste la universidad? ¿Entonces cómo...?

—Hubo un error en la agencia de empleos, confundieron el curriculúm de otra persona con el mío, por eso entre a trabajar aquí.

—Okey, entiendo.

—Desde ahí he mentido, mentí con que trabajaba como bailarina por miedo a que me corrieran, necesito mucho el trabajo, porque tengo muchos gastos.

—No sé, pero creo que si tanto necesitas los trabajos estuvo bien que no le comentaras nada a mi hermano, porque el es algo "especial" —hizo comillas al aire, Anahí asintió aterrada—. Si le hubieras dicho algo, no sé, yo creo que se aterraría. No digo que lo que haces sea malo, es un trabajo digno como cualquier otro, pero el anticuado de mi hermano piensa diferente a mi.

Doble Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora