Doble Vida.

Capítulo 28

—Cuanto deseaba llegar a nuestra habitación —susurró Alfonso en su cuello y posteriormente dejó una mordida.

Después de la pedida de mano, la cena, se había hecho de noche. Todos partieron para sus habitaciones al hotel donde estaban hospedados.

Anahí empujó la puerta de su habitación para cerrarla a tientas. Fue acorralada en una pared por Alfonso, que subió los besos a sus labios, mordisquiándolos y chupandolos.

—Y yo.. —jadeó Anahí en el exigente beso.

Ahora sus lenguas estaban unidas y danzando a un ritmo muy rápido en la boca del otro.

Ambos se acarician sin algun rumbo, pero las caricias ya se sientían quemar. Anahí mete las manos por debajo de la camisa de él. Alfonso remueve él largo vestido de los tirantes, éste cae al suelo dejando ver a Anahí en un mini bañador azul de dos piezas.

Mientras se vuelven a besar, Alfonso acaricia sus pechos por encima de la tela, aumentando el deseo entre ambos.

La camisa de él fue casi arrancada y lanzada algún lugar de la habitación.

A tientas y sin separarse llegaron hasta la cama, Alfonso encima de Anahí sin posar todo su peso. Ésta la ayudó a quitarle los pantalones, desabrochándolos y junto con sus zapatos fueron lanzados al suelo.

Aún con la tela de sus boxers y traje de baño de por medio se balanceaban causando gemidos y fricción entre sus sexos.

Haló las tiras de los costados de la parte de abajo del bañador, quedando solo sus pechos cubiertos por las copas del traje de baño.

Paso sus dedos en la entrada de su sexo haciendo que se estremeciera ante el toque, que jadeara cuando pasaba de arriba hacia abajo acariciándole los labios y que gimiera cuando introduciera un dedo, sintiendo su humedad.

—¡Oh! Poncho... —gimió Anahí.

Besó sus pechos por encima de la tela del bañador, haciéndola suspirar. Descubrió sus senos apartando la tela hacia arriba, y casi cuando fueron expuestos, de igual manera fueron devorados por él, introdujendo el pezón izquierdo en su boca, ambos disfrutando el inmenso placer que propiciaba que fueran chupados y mordisqueados. El seno derecho era también saciado con la mano libre que le quedaba, siendo masajeado y apretado intercaladamente. Así satisfajo viceversamente.

—Quería tumbarte y hacerte mía en esa playa aunque todos estuvieran ahí.. —dijo con voz ronca desde su pecho— Me vuelves loco.

—Calla.. —susurró Anahí antes de subirlo al nivel de a su boca y devorar sus labios.

Así si despegarse ni un momento, Alfonso hizo que rodaran y ahora Anahí quedaba encima de él.

Ella se mecía en su regazo provocando gemidos y gruñidos, ya que lo unico que los cubría era la fina tela del boxer de él.

Ambos ya sentían explotar y no podían esperar estar unidos en un solo cuerpo.

Anahí posó su mano en la dura erección de Alfonso, sintiendo ardiente a su tacto, como sus mejillas sonrojadas. El empezó a jadear, cosa que a ambos aumentaba el deseo de sobremanera.
Ella gracias a la exitación que sentía, se animó y tomo la iniciativa de volverlo loco. Apretó y masajeó el miembro de Alfonso, mientras el jadeaba y gemía levemente ante su tacto.