El primo de Diego

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Estábamos a punto de llegar cuando Sebastián detuvo el carro. Lo único que nos rodeaba era la naturaleza y a la distancia se escuchaba la música de la fiesta.

Nuestros ojos se encontraron, se inclinó hacía mí y me dejé llevar. Nos Comenzamos a besar, su barba rozaba mis labios y su perfume se impregnaba en mis hombros desnudos. Me senté en sus piernas y comenzó a subir mi vestido mientras nuestros cuerpos rozaban.

Claro que sabía que estaba mal. Tenía dos días de conocerlo, era el hijo de mis jefes y para terminarla de embarrar era el primo de Diego. Si... él fue quien me platicó sobre los Vicencio... sus tíos.

Un corazón roto y dos tequilas - TERMINADA, EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora