La noche llegó. Teníamos que empacar, en la mañana íbamos de regreso a España. Entré a su habitación, mis manos temblaban... "León, tenemos que hablar" "Espera... necesitamos tequila, ya sé que me vas a decir".
Nos sentamos en el sofá en el que habíamos follado los últimos dos meses. Nos tomamos el shot de una vez y sirvió otros dos. "León, tu me dijiste que tenía que ser más valiente para sentir pues te siento dentro. Te quiero dentro... al lado... donde sea" "Antonella... yo siento lo mismo. No creo que pueda sobrevivir sin ti, sin tu risa... sin tus ronquidos en medio de la noche" "oye, yo no ronco" dije tragando saliva porque sabía lo que venía. "Pero no puedo... Amo a Cecilia, a pesar de todo no la puedo dejar"
Allí sentí lo que Diego había sentido todo este tiempo. Le entró una llamada, era Cecilia. Tuvo que responder, me dejo en la habitación sola, con el corazón roto y dos tequilas. Se me había olvidado el hijueputa dolor que se siente cuando te hacen mierda la vida. Bueno en este caso yo misma me la hice mierda. Me tomé los dos tequilas, no me arrepiento. Ya no tengo miedo de querer y dejarme querer.
Yo sabía que esto iba a pasar. Fue bueno mientras duro y no lo juzgo. Respeto a León por no dejar a Cecilia. Lo voy a superar. Los sentimientos se olvidan, con el tiempo, con otro amor o con otro tequila.
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Un corazón roto y dos tequilas - TERMINADA, EN EDICIÓN
Novela Juvenil"Cuando tu vida ha sido un caos constante uno más no parece relevante hasta que te das cuenta de que ese desastre te vino a cambiar la vida. Una vez me dijeron que soy adicta a la adrenalina y a lo prohibido... lo estoy empezando a creer, las mentir...