La llamada terminó, pero la duda siguió. Los chicos subieron una historia a Instagram comprando cervezas. Estaban por llegar al viñedo. Me puse un bikini y me vi en el espejo, algo comenzó a cambiar dentro de mi pues el cuerpo que miraba reflejado era el que siempre quise tener, mi cabello estaba del largo que deseaba y mis tatuajes... bueno no aún no estaba conforme, quería unos cuantos más.
Sebastián toco mi puerta, me puse un vestido de playa y le dije que pasara pues aun tenía que enviar los correos a los padres de las niñas con las que Daniela tuvo el problema.
- Anto, ya compramos todo... noté que estabas un poco extraña cuando nos fuimos. ¿Te encuentras bien?
- Si Sebas gracias por preguntar (Me pareció dulce que se tomará el tiempo para preguntar).
Se acerco a mí por detrás... Paso sus manos por mi cintura y pego su cuerpo al mío. Sentir su perfume y el calor de su cuerpo era como tener una droga enfrente que ya probaste y sabes lo mucho que te gusto, la ansiedad empieza a recorrer tu cuerpo por probarla de nuevo así que lo vas a tener que hacer.
Me susurro al odio "Mi primo está en una llamada de negocios, tenemos unos minutos" Comenzó a besar mi cuello, agarro mis manos y quede inmóvil... Nuestros cuerpos rozaban, los besos eran más profundos.
Ahí estábamos; nuevamente olvidé todo a mi alrededor. Me di la vuelta, pasé mis manos por su cabello suave, lo observé directo a sus ojos avellanados. Un rayo de sol se filtraba por la ventana y hacía que su piel brillara. Esa pequeña sonrisa que soltó cuando lo vi fijamente fue mi debilidad. Me cargo y nos fuimos directo al sofá de la sala. Me senté sobre él, esta vez yo estaba al mando. Me levanto el vestido de playa y desamarro el bikini del lado derecho... era de acceso fácil.
Los movimientos surgían de forma natural, sus manos por mi espalda desnuda dibujaban una obra de arte, en cuestión de segundos él había retomado el mando.
Estábamos sin ropa, su cuerpo sobre el mío y viéndome directamente a los ojos dijo "Me encantas, siento una energía diferente contigo... dime que sientes esta electricidad" lo comencé a besar, se miraba exquisito.
Se sintió diferente, fue como si ambos estábamos en la misma sintonía. La forma en que nuestros cuerpos se compenetraban hacía temblar todo mi ser. Terminamos y para ser sincera... no quería que se moviera. Era un momento sublime el cual no quería que terminara. Recostó su cabeza sobre mis pechos. Podía sentir su barba rasposa pero su respiración se llevó toda mi atención.
Me preocupé... cuando uno empieza a notar esos pequeños detalles de la otra persona significa que nos está gustando más de lo normal. Eso no podía ocurrir... Estaba confundida, no había hablado con Diego. Le dije que tenía que terminar de enviar unos correos y que si me podía esperar afuera. Soné un poco fría pero no quería que comenzáramos una conversación para la cual no estaba lista.
Me dijo "Bueno... como quieras. Iré a buscar a Diego, estaremos en el jacuzzi" noté un poco de enfado en su voz, pero no podía ponerle atención. Se fue y a los cinco minutos tocaron la puerta, la abrí y sin voltear a ver dije "¿No se supone que me ibas a esperar con tu primo?" "Así es, lo estuve buscando pensé que lo habías visto... ¿Por qué estas de mal humor?" Cuando escuché su voz me percaté que era Diego... Mi corazón se detuvo.
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Un corazón roto y dos tequilas - TERMINADA, EN EDICIÓN
Teen Fiction"Cuando tu vida ha sido un caos constante uno más no parece relevante hasta que te das cuenta de que ese desastre te vino a cambiar la vida. Una vez me dijeron que soy adicta a la adrenalina y a lo prohibido... lo estoy empezando a creer, las mentir...